Los alavesistas de Zubieta

Al gasteiztarra le han seguido Andoni Gorosabel (Arrasate, 1996), en propiedad como los tres anteriores, y las cesiones de Álex Sola (Donostia, 1999) y Jon Karrikaburu (Elizondo, 2002) para fusionar el tono albiazul con el 'txuri-urdin'. «Nos gustaría tener líneas de colaboración», precisó aquel día el director deportivo del club babazorro. Dicho y hecho.

Alberto López, quien fuera guardameta del equipo donostiarra (1992-2006) y entrenador del vitoriano (2013-2015), ve «sencilla» la explicación de esta conexión. «Entiendo que ha habido algún jugador de la Real que fue al Alavés que ha hablado muy bien de su experiencia». El boca a boca. Y la cercanía. «La filosofía del club es similar y estás al lado de casa». De manera resumida: «Yo soy de la Real, pero si no puedes jugar en la Real el Alavés es uno de los mejores sitios en los que puedes estar».

Una de las claves, a su juicio, es la prolífica producción de Zubieta, una de las mejores canteras del fútbol español. Porque salen muchos jugadores «con nivel para jugar en Primera que quizás no dan para la exigencia de estar entre los cuatro primeros». Y en este punto alaba la decisión de los futbolistas de salir de su zona de confort para demostrar que, efectivamente, tienen calidad de sobra para competir en la elite. En este sentido ve especialmente preparados a Guevara, Guridi y Gorosabel.

Le sorprendió especialmente la salida del centrocampista vitoriano, que llegó a formar «una buena pareja con Merino», al que el juego posicional del alavés le permitía desplegar sus virtudes por todo el campo. «De hecho, cuando Imanol apostó por Zubimendi de manera tan clara dije 'guau'. Ahora me tengo que callar», cuenta entre risas.

Lo que tiene claro es que Ander Guevara «tiene nivel para estar en Primera División muchos años». Los primeros partidos con la camiseta albiazul le dan la razón: jerarquía, inteligencia táctica y mucho fútbol en sus botas. Un lujo para el centro del campo alavesista.

Como Guridi, un regreso a Primera que alegra especialmente a Alberto. «Es una maravilla que gente que se lo ha currado tanto está ahí». Se refiere al «calvario» de lesiones que tuvo contra las cuerdas al azpeitiarra antes de deslumbrar en Segunda con el Mirandés. Y se confiesa asombrado del «despliegue» físico que hace el guipuzcoano en cada partido después de superar problemas físicos de gravedad. «Es su principal seña de identidad».

A Vitoria han llegado también dos carrileros diestros: Gorosabel y Álex Sola. Con Tenaglia en el plantel, uno de los dos ejercerá de extremo. En principio, por lo esbozado en el estreno del donostiarra, será éste el que juegue por delante. «En sus orígenes 'Goro' era extremo, pero ahora los dos son laterales», afirma el técnico, que incluso manifiesta sus dudas de que dos jugadores de perfiles tan similares puedan actuar juntos «sin molestarse». Él lo tiene claro, el arrasatearra está «un puntito» por encima –también le sorprendió su salida–. «Por experiencia y por recorrido en Primera».

No en vano, de los seis es el que más partidos ha disputado en la máxima categoría con la Real, un total de 114, cuarenta más que Guevara. 30 ha jugado Guridi y 15 Álex Sola, quien, a juicio de Alberto, está en ese momento de su carrera en el que tiene que demostrar que es jugador de Primera División. «Ahí tienes la oportunidad, ahora te toca a ti», resume. Lo mismo con Xeber Alkain y Jon Karrikaburu. Si en los casos de Guevara, Guridi y Gorosabel tiene claro que ya son jugadores de Primera, en los otros tres está aún a la expectativa.

Alkain llega a la elite con 26 años. En Segunda marcó 9 goles con el Sanse y 4 con el Alavés en una temporada irregular. Ha sido titular en tres de los cuatro primeros partidos, pero la insistencia de Luis García en fichar un extremo derecho da a entender que todavía no le ve preparado para ser titular en Primera. «Tiene condiciones, pero, como Sola, todavía tiene que demostrar que puede estar ahí». También Karrikaburu, el más joven, sin apenas experiencia en la categoría (6 partidos).

El navarro ha sido pretendido por muchos equipos de Segunda que le aseguraban minutos, pero ha insistido en seguir en Primera. «Es joven y muy trabajador, pero a un delantero se le mide por los goles. Si trabajas mucho y acabas el curso con tres... Y ahí el entrenador no te va a esperar, no es un puesto para tener paciencia, como el de portero», concluye Alberto.