«¿Se va a sufrir? Sí. ¿Va a ser duro? Sí. ¿Va a haber que remar hasta el último día? Sí. Pero se puede sacar adelante sin ningún tipo de dudas y estoy totalmente convencido de que vamos a conseguir la permanencia». Es el análisis ... que hace a su llegada a Vitoria Julio Velázquez (Salamanca, 1981). Su carta de presentación como entrenador de un Deportivo Alavés que le ha hecho un llamamiento desesperado para tratar de salvar al equipo del descenso. El equipo albiazul es colista a seis puntos de la permanencia y tiene ocho jornadas para obrar el prodigio.
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«Más que un reto es una oportunidad», subraya el nuevo técnico albiazul, que, pese a lo complejo de la tarea que le espera en Mendizorroza, asegura no haber dudado ni un segundo cuando al otro lado del teléfono escuchó la propuesta de Sergio Fernández. «Cuando recibo la llamada el factor diferencial no es que el equipo esté último, es que te llama el Alavés, un club de Primera División, con una afición maravillosa, que la he sufrido y desde fuera la he disfrutado. Y, dentro de la tesitura actual, considero que es un club que puede crecer y evolucionar y en el que se pueden hacer cosas bonitas», reflexiona.
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«Mentalidad constructiva» en el jardín de angustia y dudas que ha sido el conjunto babazorro en las últimas temporadas. «Negativismo cero, vamos a pensar que todo es posible. Porque es posible: no es que se pueda conseguir, es que se va a conseguir», insiste Velázquez. Aunque no tiene que ser nada fácil convencer a un vestuario que ha recibido a tantos entrenadores en tan poco tiempo sin que ninguno haya sido capaz de dar con la tecla de la estabilidad y la calma. En ese sentido, asegura haberse encontrado con un grupo «predispuesto y con un nivel de compromiso importante».
Turno para el trabajo emocional. Es lo que suelen decir los entrenadores que llegan para apagar fuegos. Pero el pucelano matiza. «Lo psicológico es muy importante, sí, pero lo futbolístico también. Es un todo». Es decir, para ganar partidos hace falta hacer cosas en el terreno de juego. «Claro que a nivel emocional las circunstancias influyen, positiva o negativamente, y es una cuestión en la que hay que hacer hincapié, pero hay que centrarse también en el proceso futbolístico de la semana».
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A contrarreloj, sin mucho margen de maniobra. El nuevo entrenador albiazul llegó a Vitoria el martes y el domingo tiene el primer examen en El Sadar. «No soy de los entrenadores que creen que tiene que pasar un tiempo importante hasta que uno puede implementar ciertos aspectos. Venimos con la intención de construir desde el primer día. Creo que hay tiempo y tenemos margen para trabajar hasta el partido de Osasuna».
Psicología y táctica
«Como profesional y como apasionado de este deporte», dice haber visto «todos» los partidos del Alavés. «El 95% de cualquier equipo de Primera», en realidad, aunque, «por respeto a los compañeros anteriores» no quiso entrar «a valorar cuestiones de índole táctica o futbolística». En este punto también quiere mandar «un abrazo sincero a José Luis (Mendilibar) y Toni (Ruiz) –coincidió con ellos en la estructura del Valladolid–, a quienes tengo muchísimo aprecio profesional y personal y considero amigos».
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La importancia del calendario
Sí tiene en la cabeza un «diagnóstico» a partir del que empezar a trabajar y a pulir defectos. Y también ha mirado el calendario que queda hasta final de temporada. «Sería irresponsable no saberlo», argumenta. Con tres partidos decisivos en apenas diez días, Osasuna fuera (domingo 10), Rayo Vallecano en Mendizorroza (sábado 16) y Mallorca, también en puestos de descenso, a domicilio (martes, 19). «Pero mi foco es Osasuna, no hay más», insiste.
Será el que marque su camino en Mendizoroza. El primer encuentro de un entrenador revulsivo siempre es importante. Mendilibar lo empató, igual que Calleja la temporada pasada, pero ambos tenían más recorrido detrás. Más espacio para equivocarse o acertar. A Julio Velázquez le amenazan un calendario que se va quedando sin hojas a las que agarrarse. Y no le queda otra que atinar a la primera. En este sentido, «no podemos obviar que ahora lo más importante son los resultados», por encima de cualquier otra lectura futbolística. «Si hay un partido que la propuesta me gusta y las sensaciones son buenas pero acabamos perdiendo... Dame un partido sin buenas sensaciones pero que ganemos».
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