Lunes, 28 de enero 2019, 20:42
Comienza el partido en Mendizorroza y las gradas están casi vacías. Una estampa insólita en un estadio que supera el 90% de ocupación media. Un silencio inusual, casi doloroso, en un campo que puede presumir de una de las mejores atmósferas de todo el ... fútbol español. Es la manera que tiene la afición albiazul de protestar por los inhóspitos horarios que mandan en la Liga de Fútbol Profesional (LFP). Javier Tebas dicta, los clubes acatan y los seguidores sufren. Un lunes a las nueve de la noche no pueden ver a su equipo las personas que trabajan a turnos –imposible para los de tarde y noche, complejo para quienes entran de mañana al día siguiente–; tampoco es hora para los abonados de menor edad.
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Y «sin afición no hay pasión y sin pasión no hay fútbol», remarcan desde Iraultza 1921, los promotores de la protesta, respaldada por el resto de agrupaciones alavesistas y también por las del Rayo, que han visto condicionado su desplazamiento a Vitoria. También por la gran mayoría de seguidores albiazules. Muchos han optado por no acudir hoy a Mendizorroza –la entrada más pobre de la temporada–; otros han esperado al minuto 5 para hacerlo, como pedía la iniciativa de Iraultza.
La consigna común es clara: no al fútbol entre semana. Las pancartas, también. '5 minutos por los horarios', pedía una desplegada en la rotonda entre Ariznavarra y Mendizorroza. '5 minutos por orgullo', decía otra a la entrada del parking. '5 minutos por los derechos', añadía otra en los accesos de Cervantes. Dentro, un calentamiento desangelado, con el golpeo del balón como inédita banda sonora, seguido por unos pocos centenares de espectadores. Otros esperaban a ese minuto 5 en los bajos de las gradas, algunos en los vomitorios. Muchos manifestaban su malestar fuera del estadio.
Cuando los futbolistas han saltado al terreno de juego el fondo de Polideportivo, el pulmón de Mendizorroza, estaba vacío. Los protagonistas han saludado a unas gradas tristes. Sin apenas aplausos, no había gente suficiente para hacerlos audibles. Como los habituales coros en la presentación de la alineación albiazul. Solo la Tribuna Principal, semivacía también, se acercaba a un aspecto de discreta normalidad. Cuando Melero López ha hecho el pitido inicial no habría más de 2.500 butacas ocupadas –había más espectadores en los pasillos–. Un campo mudo, sin afición, sin pasión.
Aunque poco antes ya se han escuchado los primeros cánticos contra Javier Tebas, presidente de la LFP, todo ha cambiado en el minuto 5. Ambas aficiones, la del Alavés y la del Rayo, han ocupado las gradas al grito unido de '¡Tebas vete ya!'. Un clamor. Bombos, banderas, bufandas, seguidores... Pasión. El Mendizorroza de siempre. Y el fútbol ha vuelto a latir en el estadio albiazul.
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