El Alavés sólo ha estado 243 minutos por delante en el marcador en la Liga

En esta especie de combate en el que los dos contendientes luchan por ver quién asesta el primer golpe, o el definitivo, los vitorianos sudan para imponer su fuerza. De los cuatro triunfos firmados en la presente campaña, dos se materializaron en el último cuarto de hora: Real Sociedad (1-2) y Mallorca (1-0). Y en ambos casos cobra especial valor el contexto, dado que el derbi estuvo condicionado por la temprana expulsión de Oyarzabal (minuto 29) y contra los bermellones rompieron la dinámica negativa de cinco derrotas.

Le sigue costando encauzar el camino por la vía rápida. Esos partidos en los que el público puede disfrutar del dulce sabor de la victoria. Esa renta en el marcador que desata el júbilo en las gradas y alimenta una atmósfera que acoraza la muralla defensiva. Hablamos de partidos como el de Las Palmas (2-0) o Sevilla (2-1) El primero se enfiló en el minuto 7, el segundo gol más tempranero en lo que va de temporada. Diez minutos más tarde llegó el tanto de Carlos Vicente frente a los hispalenses. Son los únicos triunfos más plácidos del curso.

Porque lo cierto es que los hombres de Luis García se ven obligados durante muchas fases de los partidos a remar contracorriente. Casi 400 minutos en los que ese primer golpe lo asestó el rival. Y pese a bravas reacciones como la que ofrecieron en el Bernabéu, donde todo se puso cuesta arriba desde el primer minuto y consiguieron avivar las esperanzas con dos tantos en la recta final, lo cierto es que en el resto de ocasiones (Getafe, Español, Barcelona y Rayo) el equipo no consiguió reducir o arrebatar el botín al rival.

Especialmente doloroso resultó el choque contra los vallecanos. Porque los albiazules volvieron a verse en superioridad numérica desde el minuto 21 por la expulsión de Mumin. Con todo abierto, fueron los locales los que, con la fortuna de cara, consiguieron romper la igualada y quedarse con los tres puntos. Una nueva oportunidad perdida.

Un mazazo equiparable a las ocasiones en las que ven cómo la victoria se les escapa. En las que no consiguen aprovechar la renta en el marcador. La maquinaria goleadora no terminar de acelerar, y la retaguardia albiazul sufre en exceso. Con catorce goles anotados en trece partidos, cada vez que se consigue perforar la meta rival es una ventaja que se tratar de blindar. Pero la defensa se ha visto durante muchas fases de la temporada diezmada. «En cuadro», la llegó a definir Luis García Plaza. Las lesiones obligaron a improvisar parejas de centrales y laterales, lo que se tradujo en un importante número de goles en contra: 22 hasta la fecha. Después del Valladolid, los vitorianos son el segundo equipo más goleado, junto con el Español, Las Palmas y Celta.

Precisamente contra los vigueses se dejó escapar uno de esos triunfos que se encauzó pronto. En el primer partido de la temporada, Kike García consiguió perforar la meta rival en el minuto 17. El mejor arranque posible. Todo de cara y con el rival obligado a arriesgar para no dejar escapar puntos de casa. Sin embargo, el triunfo se escapó. Primero Swedberg y en la recta final Iago Aspas. Los albiazules solo consiguieron mantener la renta durante 49 minutos, hasta que los celestes encaminaron su marcha hacia la remontada.

El mismo guion se escribió ante el Valladolid, el otro partido concluido con mazazo. Toni Martínez abrió la lata en el minuto 6. El partido fue definido como «una final». Sin embargo, la renta apenas duró 11 minutos. Sylla, exalavesista, transformó un penalti y Amallah, ya avanzada la segunda parte, puso por delante a los vallisoletanos. Poco después, Anuar terminó por sentenciar.