La metamorfosis de Rosalía en Bilbao: uñas cortas, trenzas 'manga' y falda de colegiala

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Su ropa lleva intrínseco un mensaje que va más allá de la moda. «Yo soy muy mía, yo me transformo», reza uno de los versos de 'Saoko', el hit con el que ha tumbado esta noche el pabellón vizcaíno. Y se ha transformado, en lo musical y en lo estético. Rosalía se queda con lo esencial y despoja de esa esencia 'ratchet' que la encumbró al olimpo de las tendencias para abrazar una imagen algo más comedida, con pinceladas que nos siguen recordando al estilo Y2K y otras nuevas que nos transportan a la cultura 'anime', muy acorde con los nuevos sonidos de su álbum.

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Ya no hay chándales, ni 'Vuittones', ni deportivas. Ahora hay chupas de cuero, falditas y botas que se extienden más allá de la rodilla. Ya no hay uñas larguísimas llenas de abalorios ni sombras de ojos cegadoras. Ahora, hay manicura al uso, 'eyeliner' sencillo y dos larguísimas trencitas con reminiscencias manga. Se acabó el look trapero, llega el estilo 'Motomami' y así lo ha hecho saber en el BEC. A diferencia de otras grandes divas, la cantante se ha subido al escenario con un look y se ha bajado con el mismo, no necesita nada más. El estilismo es parte de su show, pero no es el protagonista, que para eso ya está ella.

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En los 9 conciertos que ha dado Rosalía en esta nueva gira ha sacado a relucir, de momento, tres bazas estilísticas en distintos colores. Tres tipos de looks de distintos diseñadores, entre los que se encuentran los de la española Pepa Salazar, que han ido virando en torno al blanco, al azul eléctrico y al rojo. En Bilbao, ha tirado de artillería pesada repitiendo el modelo que escogió para los conciertos de Almería, Málaga y Valencia. Hablamos de un look que bebe de diferentes fuentes de inspiración. Por un lado, de la estética colegiala, también utilizada por otras artistas patrias como Rigoberta Bandini en su actual gira, tal y como pudimos ver en la última edición del BBK Live.

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Esas faldas 'mini' y tableadas no son nuevas, sino que nos trasladan al imaginario del séptimo arte y a los institutos de las famosas series, películas y videoclips norteamericanos de finales de los años 90'. ¿Cómo ejemplos? La mítica 'Clueless' y sus faldas de tartán escocés, o los primeros uniformes con los que descubrimos a Britney Spears y su 'Baby, One More Time'. Dando un salto temporal hasta nuestros días, nos centramos en la pasarela y en firmas como Miu Miu, que ha vuelto a rescatar esta tendencia llevada al extremo: de cintura muy muy baja y de largura muy muy corta.

Como siempre, las nuevas generaciones se hacen eco de todo lo que sucede en las altas esferas de la moda para versionarlo en la calle. Las 'influencers' y reinas de Instagram ya han probado las bondades de estas faldas con tintes noventeros, como es el caso de Alba Díaz, la hija de El Cordobés y Vicky Martín Berrocal, que ha apostado por diseño 'vintage' de Cavalli.

Por su parte, el artífice del diseño que ha llevado Rosalía en Bilbao es del australiano Dion Lee, un diseñador de 36 años que nació en Sydney y que creó su propia firma en 2009. Ese mismo año debutó en la Semana de la Moda australiana y fue el primer creador en realizar una puesta en escena en la Ópera de Sydney. En 2021, comenzó a dar sus primeros pasos en las semanas de la moda internacionales y pronto comenzó a contar con el apoyo de las 'celebrities' que le hicieron saltar a la fama mundial. Cate Blanchett, Charlize Theron, Jennifer Lawrence o Meghan Markle son algunas de sus acólitas, una lista del 'star system' a la que ahora se suma Rosalía.

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El look, idéntico en forma y color al que llevó en Fuengirola el pasado 14 de julio, está compuesto por un jersey de canalé con mangas extralargas y hombreras en contraste, de formas geométricas en distinta textura. La falda, por su parte, es un diseño tableado en versión 'mini', con abertura lateral y doble cierre de hebilla. Pone el punto 'Motomami' con unas botas de piel roja, 'over-the-knee' y con plataforma para redondear el 'total look'. En esta ocasión también ha llevado dos coletas trenzadas, pero, a diferencia de los otros conciertos, esta vez se las ha puesto a modo de recogido pulido, manteniendo esas intencionadas referencias a la estética manga, con pequeñas trencitas extra y un maquillaque que daba un toque fantasía a sus cejas.