Un choque irremediable con las normas urbanísticas de Vitoria. Ese es el destino que los técnicos de Urbanismo han señalado a Solaria con su parque ubicado en los alrededores de Lubiano en el informe que el pasado sábado avanzó EL CORREO. La incompatibilidad del proyecto ... con el Plan General actual y con la norma urbanística futura condicionan a Vitoria Solar 2.
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José Manuel Navarro
Sin embargo, el de la cotizada madrileña no va a ser el único proyecto que se quede en el alambre. La futura norma urbanístistica de mayor rango de Vitoria delimitará por primera vez qué suelos de la capital se pueden usar para poner placas fotovoltaicas y cuáles no. Así figura en los condicionantes de la ley municipal, que detalla que sólo se podrán instalar paneles en los suelos clasificados para ello o en los terrenos que el Consistorio ha etiquetado como espacios de «mejora ambiental antropizada». Es decir, suelos no urbanizables que ya han sido manipulados. Fuentes del Departamento de Urbanismo confirman que en total la capital reserva en su próximo plan 616 hectáreas para obtener electricidad de la luz del sol.
Fuera de esos terrenos, los parques no serán compatibles con las directrices urbanísticas. Y eso puede generar paradojas como la de Solaria: que un huerto medioambientalmente viable como Vitoria Solar 2 quede bloqueado porque, sin causar perjuicio a la naturaleza, es incompatible con los ordenamientos de la ciudad. Para hacer realidad los proyectos hacen falta los dos tipos de permisos: los medioambientales y los urbanísticos.
11 proyectos fotovoltaicos, ajenos a las plantas que promueven Solaria y el Gobierno vasco, esperan instalarse en Vitoria en los próximos años
Dos tipos de suelo para la energía solar. La ciudad restringe las placas a dos zonas: los suelos reservados como «áreas de generación fotovoltaica» y aquellos de «mejora ambiental antropizada», ligados a proyectos fallidos
8,7% del consumo eléctrico de Euskadi se produce en la comunidad autónoma. Las renovables apenas aportan un 7,3% del total
Proyectos compatibles. Iniciativas como la de la balsa de Noryeste o la planta 'Bitxilore', de la empresa Ventaja Solar, ya se ubican en espacios amparados por la futura norma urbanística
El Plan General del futuro concentra las zonas habilitadas para la producción fotovoltaica en dos puntos de la ciudad: las inmediaciones del parque tecnológico de Miñano y el entorno de Lubiano, Junguitu y Ullibarri-Arrazua. Fuera de esos lugares apenas se admiten unas pocas parcelas diseminadas por la ciudad como unos pabellones cercanos a Asteguieta o fincas situadas al final de Portal de Gamarra, calificadas como suelos de «mejora ambiental antropizada». En el resto de la ciudad será casi misión imposible instalar huertos solares.
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La normativa municipal obviaría así algunos terrenos de Vitoria que el Ayuntamiento no contempla pero que sí están dentro del plan de renovables del Gobierno vasco. Es el caso, por ejemplo, de todas las parcelas ubicadas al oeste del aeropuerto de Foronda. Aunque la aprobación inicial sí se abría a adaptarse «a las determinaciones de obligado cumplimiento» del plan vasco cuando fuese aprobado definitivamente, el acuerdo con Podemos no incluyó referencia alguna al tema. Todo apunta a que la norma urbanística local será aprobada antes que el plan del Ejecutivo autonómico.
Con el plan de expansión urbanística de Vitoria, los parques solares que vengan deberán concentrarse en puntos muy concretos del término municipal. Actualmente, según los últimos datos remitidos por el Gobierno vasco al Parlamento, hay más de una decena de parques fotovoltaicos previstos, aunque la inmensa mayoría de ellos aún no han comenzado sus trámites burocráticos y, por tanto, se desconocen sus planos. A la ciudad llegarán, aparte de Vitoria Solar 1 y su gemela Vitoria Solar 2, siete iniciativas más de Solaria y cuatro instalaciones de empresas más pequeñas.
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Todos esos parques deberán cumplir con los condicionantes del Consistorio. Es lo que ocurre, por ejemplo, con los navarros de Heliosolar, que han optado por montar placas en la fallida balsa de Noryeste. Ese emplazamiento no está como tal entre los reservados para placas, pero sí entre las zonas de «mejora ambiental antropizada», donde también se permite este tipo de estructuras. Otro proyecto, el de la central Bitxilore Solar, sí ocupa suelos dentro de los reservados por el futuro Plan General.
Hasta 2021, los permisos de Urbanismo eran una condición 'sine qua non' para sacar adelante los distintos proyectos. Desde 2021, la ley de Administración Ambiental –conocida como 'Ley Tapia'– permitiría sortear los problemas urbanísticos si el Gobierno vasco declara una iniciativa con financiación institucional como proyecto de 'interés público superior'. El cambio legislativo ya generó protestas entre los colectivos ecologistas del territorio.
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