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Los límites fijados por el Plan General a la energía solar dan más margen cuando se trata de comunidades energéticas. Según detalla el documento de aprobación inicial, fuera de los suelos reservados para la energía del sol sí se podrán colocar instalaciones de autoconsumo, pero « ... a razón de una por cada pueblo, que abastecerá al núcleo de población más cercano». Además, esos pequeños parques tendrán la obligación de constituirse como comunidad energética y de estar gestionados por la junta administrativa del concejo de turno.
Pese a ello, si las necesidades de estas localidades son mayores, el documento del Consistorio especifica que «la limitación de una sola planta fotovoltaica de autoconsumo por cada pueblo aplica sólo sobre las instalaciones implantadas ocupando suelo». Es decir, estos paneles «podrán convivir en un mismo pueblo con otras instalaciones fotovoltaicas dispuestas sobre las cubiertas de los edificios», precisa el texto.
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El Plan General también es más permisivo con otras opciones como la construcción de placas sobre empresas. Asimismo, Vitoria abre la mano con las llamadas agrovoltaicas, las estructuras en las que las placas conviven con la actividad agrícola. Se podrán poner incluso sobre los invernaderos cuando quede demostrado que los paneles «no afectarán negativamente al rendimiento del cultivo».
El plan, por el contrario, traza un perímetro de zonas de «protección de aves contra tendidos eléctricos», lo que limitaría la implantación de las polémicas líneas de alta tensión para transportar electricidad.
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