Vitoria tiene libre el 20% del suelo industrial pero sus parcelas son pequeñas para las tecnológicas

El suelo existe, pero está condicionado. Depende de cuánto y para qué. Es la principal conclusión que se extrae desde las instituciones y del sector empresarial. La oferta de Vitoria se encuentra repartida en distintas zonas y esto complica atraer proyectos de gran envergadura relacionados con la logística o, sobre todo, con las tecnológicas. En cifras concretas, los terrenos más grandes que se ofrecen rondan los 50.000 metros cuadrados. La mayor parcela se encuentra en Júndiz (53.000 metros), recién creada tras unir 14 pequeñas áreas en el entorno de Margarita, y le sigue otro solar de 49.100 metros en Miñano. Sin llegar a ser de tamaño XXL, se trata de dimensiones considerables, sobre todo para años atrás, pero que se quedan pequeñas para alimentar a los monstruos tecnológicos del futuro.

No hace falta irse a Aragón y compararse con el ambicioso proyecto que ha ejecutado Amazon. Sin salir del propio parque tecnológico alavés, la mayor parte de su ampliación prevista, de 840.000 metros cuadrados, está reservada para Basquevolt, a la espera de que se defina al detalle la fase de fabricación de baterías. Cabe recordar que el próximo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) elimina el 70% de la reserva de suelo que había en el entorno de Miñano, contemplada a varios años vista pero que ahora se ha vuelto «necesario».

Podría decirse que Vitoria le había tomado la medida a la industria 'tradicional' y logró sellar una inversión de mil millones de Mercedes, cuya necesidad de ampliación inmediata aceleró la aprobación provisional del Plan General. También se ha posicionado en logística, uno de sus buques insignia en Júndiz, pero asume ahora que deberá adaptarse para ser atractiva para compañías tecnológicas. «Tenemos suelo para responder a la demanda de la industria y satisfacer a la mayoría de las empresas; pero para un proyecto determinado o una empresa que necesite una parcela muy grande (las XXL son de más de 100.000 metros cuadrados), quizás no», analiza el concejal de Modelo de Ciudad y Urbanismo, Borja Rodríguez (PSE).

Eso explica que el Ayuntamiento haya abierto la puerta desde ahora a posibles modificaciones del Plan General, una vez superada la aprobación definitiva, prevista para el verano de 2025. El Gabinete Etxebarria llegó a poner sobre la mesa el pasado año hasta 210 hectáreas (2,1 millones de metros cuadrados) repartidas en Júndiz, Miñano, Foronda y Arangiz. Ese escenario sí contempla una parcela XXL. Sin embargo, el potencial crecimiento está en 'stand by', ya que incorporarlo al nuevo documento habría ralentizado su tramitación «unos nueve meses». Al parecer, demasiado tiempo para Mercedes.

Pero entonces, ¿por dónde empezar? Fuentes del SEA y de la Cámara de Comercio apuntan a una nueva ampliación en el parque tecnológico. «Había que sacar adelante el Plan precisamente por Mercedes, pero ahora Miñano debe ser el primer paso», zanjan las mismas fuentes. Como resulta obvio, ese punto de vista es compartido en el polígono situado más al norte de Vitoria. De hecho, los citados once proyectos que no echaron raíces en el territorio se habían fijado en Miñano.

El diputado general, Ramiro González, apostó hace sólo unas semanas por modificar el nuevo Plan General «de forma inmediata». En la misma línea, la responsable de Desarrollo Económico e Innovación, Saray Zárate (PNV), afirma que «se debe proceder a cambiar el documento para acoger los proyectos que ya están llamando a la puerta». La diputada, coordinadora de Territorio, Acción por el Clima, Movilidad y Espacio Público del Ayuntamiento de Vitoria durante la redacción del nuevo Plan, pidió actuar «sin esperar un solo segundo».

Es decir, las instituciones y buena parte de los empresarios parecen haber llegado a una especie de entente por la urgencia que tenía Mercedes por disponer de los terrenos que le reserva el nuevo Plan General para desplegar su inversión. En esta línea, el departamento de Desarrollo Económico y Sostenibilidad del Gobierno vasco, encabezado por Arantxa Tapia, señala que «el suelo industrial habilitado es el necesario para responder a los proyectos estratégicos que hay que abordar en la ciudad».

No obstante, pese a la «comprensión» que provoca haber atendido la petición de Mercedes, desde el entorno del SEA y la Cámara de Comercio se muestran «expectantes» ante esa «necesaria» ampliación del suelo. «Hemos recibido muy buenas palabras (del Ayuntamiento sobre el nuevo Plan General), pero esperamos que se active más suelo», señalan. Cabe recordar que estas dos instituciones presentaron alegaciones a la aprobación inicial del PGOU, y que fueron desestimadas para dar mayor velocidad a la tramitación, que arrancó allá por el 2020. «Agrupar parcelas puede ser una solución puntual, pero es necesario que se habiliten nuevas zonas», aseguran fuentes empresariales.

En el sector también existen voces más críticas y exigentes, que consideran que «ya existe un problema». En concreto, por la «falta de oferta pública de suelo» de Vitoria, según explica un promotor de Júndiz que se muestra «escéptico» con las posibles ampliaciones que se contemplan.

En el caso de este polígono, poco menos de la mitad de los terrenos que siguen disponibles (430.000 metros cuadrados sobre 1,09 millones) están sin actividad pero ya construidos. Se trata, por ejemplo, de una parcela de 30.200 metros cuadrados que está a la venta por 6,9 millones de euros en la calle Zurrupitieta. En este sentido, los suelos más atractivos para los promotores suelen ser los que no han tenido uso (dan más flexibilidad y no hay que descontaminarlos) y de titularidad pública, ya que el precio suele estar más ajustado. En Miñano, mientras tanto, la mayor parte de los terrenos que se ofrecen están sin edificar.

«Cuando no haya solución nos llevaremos las manos a la cabeza», asegura el promotor, que también alerta de una competencia cada vez mayor en las comunidades del entorno. No fue el único. El diputado general, en la última asamblea de la patronal SEA, lanzó un mensaje similar: «Los vecinos están haciendo una oferta muy agresiva de suelo industrial que necesitamos, por lo menos, igualar».