Vitoria tiene un cuello de botella en su suelo industrial más cercano al centro de la ciudad. Los polígonos antiguos, como Gamarra y Betoño, apenas tienen terreno disponible para nuevas empresas, ya que el que hay está en manos privadas que carecen en su mayoría ... de interés por su venta o reactivación. No se trata de falta de espacio. Una de cada tres parcelas se encuentra abandonada, sin uso o por construir. Por contra en Júndiz, que ha experimentado un crecimiento exponencial en la última década gracias a la competitividad del precio de los terrenos, la facilidad para levantar naves sin trámites previos y su propia pujanza, empiezan a escasear las parcelas.
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La capital alavesa quiere hincar al fin el diente a la renovación de los polígonos industriales que le permitieron crecer de forma exponencial el pasado siglo. El proyecto, que ha estado sobre la mesa de diferentes equipos de gobierno en los últimos años, se ha reactivado ante la demanda de las empresas de disponer de «más suelo operativo» y facilidades desde las administraciones para superar la triple crisis económica. Los tres millones recién reservados por el Gabinete Urtaran suponen el comienzo de un plan de regeneración que no será sencillo ni inmediato. De hecho, la partida supone menos del 1% de lo que ha solicitado la Diputación a los fondos europeos, cerca de 350 millones de euros.
Demanda del sector
Ana Oregi (PNV)
La primera medida es la de «identificar» las parcelas que pueden contribuir a esa revitalización, centrada sobre todo en Gamarra y Betoño. El plan contempla la compra de terrenos de «entre 250.000 y 300.000 metros cuadrados que sean estratégicos», tal y como explica la concejala de Territorio y Acción por el Clima, Ana Oregi (PNV). Esto implica que la administración se haga con los terrenos, los rehabilite y se los ofrezca a las empresas en condiciones atractivas. A su vez, persigue que la puesta en marcha de esas pequeñas zonas «despierte» también la actividad de su entorno.
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Aunque el Ayuntamiento aún trata de definir qué áreas serán las primeras, entre las calles de interés figuran Portal de Gamarra, donde además se acometerá la segunda fase de su reforma, y Portal de Betoño. «Allí se ven las industrias que están vacías, pabellones en desuso... Ese frente nos parece interesante porque es la carta de presentación del polígono», apunta Oregi. En este sentido, el Gabinete Urtaran apuesta por la «compatibilidad de usos» y no ceñirse sólo a la actividad industrial, aunque sí será su prioridad. Es decir, acompañar los pabellones de producción con hostelería, comercios, instalaciones de creación cultural y otros servicios, que ya se dejan ver a la entrada de Gamarra.
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400hectáreas es la superficie en la que se plantea la reactivación industrial. Vitoria dispone en total de 2.230 hectáreas entre todos sus polígonos.
Crear un «escaparate»
En cualquier caso, el Ayuntamiento insiste en que lo primordial para la regeneración debe ser la restitución de actividad industrial, aunque sea «más tecnológica y moderna, en lugar de la más tradicional». «No queremos desindustrializarnos, sino mantener el ADN industrial. Y la ciudad no necesita más espacio para viviendas, porque tiene cubiertas las expectativas para unos 20 años», puntualiza Ana Oregi. La concejala advierte de la complejidad añadida que conlleva el mantener la catalogación industrial, en lugar de pasar a ser para uso residencial, donde «las cuentas salen» porque el suelo adquiere un valor superior cuando se destina a vivienda. «Hablamos de Zorrozaurre (Bilbao) como gran ejemplo de regeneración de un área industrial, pero tiene 40 hectáreas. Gamarra, Betoño y Arriaga suman diez veces más, 400», afirma.
Desde el sector empresarial apuestan por una labor compartida a la hora de distribuir las actividades, ya que advierten de que en los últimos tiempos ha existido cierta «tendencia» a desclasificar suelos industriales «con demasiada rapidez» para destinarlos a otro fin. Consideran que cuando ese paso se da, ya no tiene vuelta atrás, y que se traduce en una «pérdida de oportunidades». Y más al tratarse de una de las áreas industriales con más valor de la ciudad por su cercanía al núcleo urbano y el transporte público, entre otros servicios.
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30%es la proporción de parcelas vacías, sin uso o sin construir de estos polígonos industriales, todas en manos privadas.
Pero la principal demanda de las compañías productivas se centra sobre todo en la disposición de «suelo operativo». «Esa situación supone un estímulo para cualquier cliente y fue el éxito de Álava en las décadas de 1950 y 60. Esa rutina se ha interrumpido», señalan fuentes empresariales. A día de hoy, las firmas con necesidad de amplios terrenos apenas tienen hueco en Júndiz, y sus opciones se reducen al Parque Tecnológico.
3millones de euros es la primera partida destinada por el Ayuntamiento para este fin. Aspira a un máximo de 350 millones de fondos europeos.
Aunque las principales actuaciones se centrarán en Gamarra y Betoño, el Ayuntamiento también mira hacia la zona norte del Buesa Arena, junto al paseo del río Alegría. «Planteamos alguna reestructuración. Existen muchas calles en fondo de saco. Pueden ser muy buenas oportunidades y quizás no se está sacando todo su potencial a este entorno», concluye la edil.
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