Vitoria aparca la decisión sobre recibir amianto hasta medir su presencia en la ciudad

El Gabinete Etxebarria marca como «líneas rojas» autorizar la entrada de residuos peligrosos (el amianto está catalogado como tal) y una eventual ampliación del vertedero. Sin embargo, el Consistorio aún está lejos de tener definida una estrategia clara sobre qué hará con el amianto que ya existe en el término municipal. Y deberá hacerlo antes de 2028, tal y como marca la nueva ley de residuos. Entre tanto, la 'salida' que plantea el Gobierno vasco es que este residuo llegue ya sellado a Gardelegi, ya que el fibrocemento se considera peligroso cuando sus fibras se rompen a la intemperie. De esta forma, Lakua considera que el vertedero no necesitaría un cambio de catalogación.

El equipo de gobierno municipal, mientras tanto, subraya que la falta de un diagnóstico preciso le impide dar con una solución. Al menos, hasta que llegue el obligatorio censo de amianto, previsto para este año. «El amianto que hay en Vitoria es de Vitoria y hay que darle salida, pero desconocemos cuánto hay», señaló Pascual Borja (PSE). Eso sí, el edil responsable de Limpieza advirtió de que «el peligro ambiental real» se encontraría precisamente en una falta de modelo claro para almacenar el amianto. «Si no damos facilidades a la ciudadanía, puede acabar en escombreras ilegales», subrayó.

Entre tanto, los grupos de la oposición apremian al Ayuntamiento a posicionarse de forma tajante. Por un lado, la portavoz del PP Ainhoa Domaica, que llevó la cuestión al Pleno municipal, pidió una «negativa firme y conjunta de cambiar la naturaleza del vertedero», aunque finalmente no lo logró. De hecho, fue la primera vez que las tres fuerzas de la oposición no lograron un discurso único pese a coincidir en las cuestiones básicas, quizás por la cercanía de las elecciones autonómicas.

Por su lado, EH Bildu advirtió de que «Gardelegi no está preparado para recibir amianto», y dudó de que el Ayuntamiento pueda gestionar el fibrocemento sin cambiar la categoría del vertedero. Elkarrekin Podemos, mientras tanto, coincidió en «tomar las medidas una vez conocido el censo», pero avisó de que «las sombras siguen estando» sobre la posible entrada de este residuo en Gardelegi.