Vitoria abrirá su zona 'sin tráfico' a turistas con hotel en el centro, repartidores y gremios

El registro en el que se inscribirán los vehículos autorizados funcionará como una especie de base de datos de matrículas, que serán 'invisibles' para las cámaras que regularán todos los accesos. Los vecinos, los servicios y las actividades autorizadas aportarán los números de las placas de los coches para que los dispositivos no lancen alertas de entradas prohibidas. Pero esta relativa flexibilidad y permisividad que se aplicará en la primera fase de la Zona de Bajas Emisiones (arrancará a principios de 2025) obligará a que el propio registro se modifique de forma casi continua y a una cierta inmediatez para quienes lo gestionen.

Y es que los casos autorizados no sólo implicarán a vecinos que cambien de coche y matrícula cada varios años. El Consistorio ha puesto como requisito para las empresas que quieran instalar las cámaras de control que sean capaces de incluir también a huéspedes de diferentes alojamientos (principalmente hoteles y hostales) del centro y el Casco Viejo. Esto exige agilidad e inmediatez para actualizar la base de datos, e incluso un cierto periodo que permita anular las sanciones que tramite el sistema de las cámaras para dar tiempo a su incorporación.

Ese grado de detalle, en cualquier caso, se desarrollará una vez que el Gabinete Etxebarria remate el decreto de Alcaldía que ordenará la Zona de Bajas Emisiones, previsto para septiembre. Sin embargo, no todas las autorizaciones serán iguales ni se regirán por los mismos criterios. Los vecinos de la zona y propietarios de garajes tendrán más manga ancha, sobre todo desde el punto de vista de los horarios, mientras que el resto de coches permitidos estará sujeto a unos tiempos o un perímetro determinado. Es decir, durante su periodo de actividad (apertura de comercios o bares) o, en el caso de la carga y descarga, algunas calles determinadas y en franjas más cerradas.

El listado de vehículos permitidos se completa con organizadores de eventos, autorizaciones puntuales o especiales y vehículos con tarjetas de movilidad reducida. En cualquier caso, esta relación es la que el Consistorio ha puesto en manos de las empresas que quieran instalar las cámaras, y que todavía «no es definitivo». Este servicio, que cuenta con un presupuesto de 676.033,05 euros (IVA incluido) se encuentra en fase de contratación, que se ha demorado más de lo habitual por haberse suspendido en dos ocasiones debido a las dudas de las compañías licitadores o incluso algún «error técnico».

En paralelo, el Consistorio tiene abierta la contratación de la señalización que regulará la zona sin tráfico de paso, y que advierte de la existencia de una «zona controlada» por cámaras y señales verticales tanto de la Zona de Bajas Emisiones como del área de prioridad residencial. Y es que a diferencia de otras áreas restringidas al tráfico del entorno, la de Vitoria dará preferencia a los residentes. Al menos, en la primera fase entre principios de 2025 y 2027. Será entonces cuando se apliquen los distintivos ambientales de la DGT (Eco, 0, A, B y C), se amplíe la Zona de Bajas Emisiones y se cree una OTA ambiental. Es decir, que los coches menos contaminantes pagarán menos (en teoría la mitad). La siguiente fase, con un nuevo endurecimiento de las normas, entrará en 2030.