Rioja Alavesa comienza una vendimia que puede ser histórica por la calidad de la uva

No ha llovido tanto durante 2019 y eso ha provocado que en las viñas haya menos racimos, «que estén más sueltos y que los granos de uva sean de menor tamaño», indicadores de que la comarca puede estar ante una vendimia de las históricas en cuanto a calidad. En Viñedos del Contino, el 'chateau' rodeado por 62 hectáreas que CVNE tiene en Laserna -término de Laguardia-, ya han empezado a echar a los remolques viuras, garnachas y malvasías. Y en cuanto acaben con las variedades blancas, «arrancamos con las tintas. Esta zona es de las primeras en comenzar», añade Bonilla.

También lo ha hecho el Grupo Faustino, en Oion donde tiene la sede pero también en Laguardia, a las faldas de la Sierra de Cantabria. Un numeroso grupo de pakistaníes se empleaba ayer a fondo en el paraje 'Los Corrales' para recoger viura y también chardonnay. «Por el momento estamos contentos de cómo van las cosas. No ha habido prácticamente enfermedades -el temido mildiu está pasando de largo-, apenas ha habido que aplicar tratamientos fitosanitarios así que el estado sanitario de la uva es excelente», aprecia Richar Goñi, responsable de viticultura en Faustino.

Las impresiones que recoge a pie de campo este ingeniero agrónomo también las trasladan los servicios técnicos del Consejo Regulador y del Departamento foral de Agricultura, que coinciden en el «óptimo» estado del fruto, aunque el máximo organismo de la Denominación Rioja apunta un significativo descenso en el tamaño y el peso, hasta un 30% menos que hace un año; aunque también entonces la vendimia estaba menos avanzada.

Con todo, la opinión generalizada es que la calidad puede ser «memorable. No recuerdo haber visto una cosa igual», confiesa Fernando Remírez de Ganuza, que lleva ya cuatro décadas moviéndose entre viñedos.

Hasta el momento en las bodegas de Rioja Alavesa han entrado 1,8 millones de kilos de uva. «Nosotros todavía no hemos empezado a vendimiar pero las expectativas son también magníficas», admite Julio Sáenz, enólogo de Torre de Oña, bodega del grupo La Rioja Alta ubicada en Páganos (Laguardia). «De las mejores de calidad en muchos años», añade, después de una maduración «que ha sido muy equilibrada» y donde en buena parte de la comarca la meteorología ha acompañado.

Pero la escasez de lluvia ha dejado los viñedos con menos carga de uva, sobre todo si se compara con la cosecha del año pasado en la que se registraron 486 millones de kilos de uva en la Denominación Rioja -de ellos 93 en la comarca alavesa-, la segunda vendimia más amplia en la historia. Ni mucho menos se llegará a esas cifras este ejercicio. «Se va a reducir bastante», opina Iñigo Rubio, de Bodegas y Viñedos Labastida-Solagüen. «En muchas parcelas no creo que se llegue a cubrir el papel», añade, en alusión a los 6.565 kilos de uva tinta que se pueden recoger por hectárea y los 9.090 de blanca, según los rendimientos máximos amparados por el Consejo.

Todavía es pronto para aventurar de cuánto será el descenso en la producción de uva en esta campaña en Rioja Alavesa. «A medida que se vaya generalizando la recogida de uva, vamos a ir teniendo más datos», explica Juan Luis Cañas, otro veterano del sector que tampoco ahorra calificativos para definir lo que está viendo en el viñedo y lo que le transmiten sus técnicos. «La calidad es increíble».

Pero siguen mirando al cielo cada día y a las previsiones meteorológicas cada poco rato. «Sol durante el día y fresquito por la noche» es lo que piden en Rioja Alavesa. Y que no haya rocío. En juego está el trabajo de todo el año.