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El sonido de los corquetes apenas se escucha ya en Rioja Alavesa. Cada vez se ven también menos vendimiadores en los viñedos, aunque en esta campaña ha escaseado esa mano de obra procedente de otras regiones o países. Y el número de tractores cargados de ... uva se ha reducido de manera considerable en la última semana. La cosecha en la comarca se puede ya dar por concluida y, de hecho, el Consejo Regulador ha procedido al cierre generalizado en el conjunto de la Denominación de Origen Calificada Rioja.
Todavía quedarán algunas parcelas pendientes en la zona de Labastida, el último municipio en terminar de vendimiar, pero que no modificarán de manera importante la cifra oficial de kilos de uva recogidos en Rioja Alavesa. Han sido 94,8 millones los que han entrado a las bodegas de la comarca -405,8 millones en toda la DOC-, un dato casi calcado al de 2020 (93,3 entonces) pese a que este año el rendimiento permitido por hectárea era del 95% y el año pasado del 90%.
«Pero entonces no hubo una granizada como la que vivimos aquí el 3 de junio, cuando todos nos echamos las manos a la cabeza y nos temimos lo peor», recuerda Rafael Fernández, alcalde de Yécora y viticultor. El pesimismo comenzó a cundir, «y con razón», apunta, pero creo que «hemos salvado la papeleta. Podemos estar satisfechos de cómo nos han ido las cosas y, sobre todo, con la calidad que estamos viendo».
Yécora, Oion, Lapuebla de Labarca, Laguardia, Lanciego... fueron algunos de los municipios castigados por aquella tormenta con pedrisco que dañó más de 1.400 hectáreas. «Nuestra zona resultó especialmente perjudicada», señala Roberto Oliván, de Tentenublo Wines en Lanciego, «y en mi caso solo he podido llegar al 50%. La piedra nos destrozó varias fincas en las que no hemos podido vendimiar».
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Contra una meteorología adversa «poco se puede hacer, más bien nada», asume con resignación, porque sus lugares de trabajo son oficinas sin techo, como suelen decir los viticultores. Pero quizá para compensar lo sucedido en junio e incluso la sequía de julio y agosto -que no hacía presagiar nada bueno porque la vid acusó un preocupante déficit de agua en pleno verano-, «el tiempo en vendimias ha sido el ideal, con días calurosos y noches frescas. Incluso las lluvias de primeros de septiembre nos vinieron bien, llegaron en el momento perfecto» para hidratar el campo, explica Íñigo Rubio, responsable de la Cooperativa Solagüen-Bodegas y Viñedos Labastida.
Han sido de los últimos en terminar de vendimiar «y ha habido premio para los que han sabido esperar su momento», sobre todo en las partes más altas de Rioja Alavesa. La maduración de la uva «está siendo ahora bastante mejor» que hace unas semanas, «con unos taninos más redondos. Nada tiene que ver con lo que teníamos hace quince días, por ejemplo».
Rubio también destaca la «gran calidad» del fruto, en un año en el que apenas se han registrado focos de botrytis. «La sanidad de la uva también es digna de mención. Creo que se pueden hacer grandes vinos en nuestra comarca», apostilla.
Y de esta manera «marca un punto de inflexión», en opinión de Juan Luis Cañas, patrón de las firmas Luis Cañas (Villabuena) y Amaren (Samaniego). Se muestra optimista con el futuro «después de un año y pico en el que lo hemos pasado muy mal». Pero este bodeguero curtido en mil batallas está convencido de que «lo peor ha pasado. Las ventas han empezado a remontar en los últimos meses, podemos cerrar un 2021 con cierto optimismo y que 2022 suponga el despegue otra vez en nuestra comarca».
La vendimia, en su caso recién finalizada, «nos deja ya un poso de tranquilidad, del trabajo bien hecho. Ha sido más sencilla que la del pasado año a pesar de las dificultades que ha habido en Rioja Alavesa para encontrar mano de obra», dice Cañas.
La vacunación «nos ha permitido tener una mayor tranquilidad, aunque no ha habido relajación en los protocolos», reconoce José Antonio Ugarte, representante de UAGA en la comarca. En el campo, «estamos viendo una uva con mejor color y cuerpo que hace un año. Con el paso de los días, la vendimia ha ido prosperando y podemos estar satisfechos».
Uva tinta. 85,4 millones de kilos (el rendimiento por hectárea era de 6.175 kilos).
Uva blanca. 9,4 millones de kilos (el rendimiento por hectárea era de 8.550).
Acumulado en la Denominación Rioja. 405,8 millones de kilos de uva (el año pasado fueron 404,3 millones).
«Quien ha optado por esperar, ha tenido premio.La maduración al final está siendo más redonda»
«Esta cosecha tiene que servir de inflexión. También las ventas se están recuperando»
«La calidad es muy buena pero en nuestra zona nos castigó mucho el pedrisco. Solo hemos cogido el 50%»
«Éramos pesimistas al principio, pero creo que hemos salvado la papeleta. Podemos estar contentos»
«El color y el cuerpo de la uva están siendo mejores que el año pasado. La vendimia ha prosperado con los días»
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