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«Me dicen que la zona a la que vamos a mandar las cosas está un poco convulsa. Tras la ofensiva de Putin hacia la frontera polaca, más gente se dirige hacia Rumanía y hay mucha necesidad», explica tras colgar el móvil Aurora Pretel, de la ONG olVIDAdos. Desde el pabellón de Júndiz donde coordina la clasificación de ropas de abrigo, pañales y leche para bebés, alimentos enlatados y materiales sanitarios, explica que el martes saldrá de Vitoria un tráiler hacia un punto desde donde su contrapartida ucraniana recogerá los palés y los llevará al otro lado de la frontera.
«Hay mucha necesidad. Sobre todo, de material médico y de hospital, como generadores, luces, pilas, aspiradores, sondas, bombonas de oxígeno y suministros de quirófano. Todo lo que pueda servir en un hospital», expone Pretel desde el pabellón 20, ubicado en el número 63 de la calle Paduleta del polígono vitoriano, que gracias a la colaboración de las empresas Koschu y Ortopedia Bidari acoge las labores de ordenar, agrupar, empaquetar... e identificar las cajas de los palés. «Estoy cargando cajas y rotulando en dos lenguas, español y ucraniano», explica el atareado Mikhailov y destaca la importancia de aclarar qué contienen los paquetes «porque la comida de niños y el material sanitario van a lados distintos».
Gaspar y Josemari, de la ONG Denok Osasunaren Alde, llegan a Júndiz con tres furgonetas de «material sanitario, equipos de apoyo y medicamentos». Esta vez la urgencia en Ucrania hace que su apoyo a la cirugía se enfoque hacia allí, aunque su labor suele centrarse en Bolivia y Guatemala.
«Vamos a hacer una cadena», dice con autoridad Luki San Miguel, que trabaja de almacenero y se nota en su resolución. Mientras las cajas con mascarillas, vendajes y otros elementos esenciales van pasando de los vehículos al pabellón, apunta que «desde 2015 mi cuñada acoge a una niña de Chernóbil y estamos preocupados por ella y su familia. Pero no es sólo por mi sobrina, es algo que haría cualquier persona. Estoy flipando con cómo estamos colaborando gente que no nos conocemos de nada», apostilla.
Nahikari, que suele apoyar iniciativas de la Cruz Roja y diversas ONGs, subraya la respuesta de la gente de Vitoria «que se ha implicado. Todo esto demuestra que el conflicto está más cerca de lo que pensamos, ves más la realidad». Como refrenda Concha, que suele participar en acciones de Zaporeak y el Banco de Alimentos de Álava. «Todo es necesario, y también organizarlo», señala y cita los artículos de higiene, el aceite y las latas o la ropa de invierno.
«Son cosas de primera necesidad, como sacos, mantas, mochilas, anoraks... pero es importante que las prendas de abrigo lo sean de verdad», precisa Carmen, de la ONG olVIDAdos. «Aunque una americana acabe yendo para Cáritas, perdemos mucho tiempo separando las cosas», detalla y solicita la colaboración de asociaciones de vecinos, colegios y negocios que cuenten con lonjas para crear puntos de recogida constante y establecer continuidad en los envíos a Ucrania «porque el destrozo es tremendo». De hecho, anuncia que se van a preparar también mochilas con lo indispensable con el fin de que quienes tengan que huir de la guerra puedan llevarse un kit básico.
También destaca la importancia de las aportaciones de dinero, para pagar asuntos de logística y «también poder comprar allí productos locales y de primera necesidad», expone una de las coordinadoras de la ONG -con contactos en 661 366933 o 664 343758- , que además de trailers desde Madrid, Navarra v Vitoria envía un equipo a Rumanía para asegurarse de que el reparto se hace en condiciones. Sólo hacen falta más donaciones. Con 'u' de urgencia.
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