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Sienten el deber de tener que ayudar. Varios colegios vitorianos, de la mano del profesorado, los alumnos y las AMPAs, han cambiado las mochilas por ... un sinfín de cajas cargadas de alimentos no perecederos, productos de higiene y ropa que ahora pondrán rumbo a Ucrania para ayudar a la población que lucha por huir de la guerra. «Voy a enviarles todo lo que pueda», comentaba Gema Ortiz de Zárate, mientras descargaba en en el punto de recogida instalado en Marianista un carro de la compra repleto hasta el tope.
«Dentro hay sobre todo productos para bebés porque son los que están sufriendo especialmente la escasez.Cuando veo esas imágenes se me cae el alma a los pies...», confesó. Detrás esperaba Izaskun Ucar, que compartía el mismo sentimiento. «Tengo una hija y ver cómo están allí... Es duro. Aquí va mi granito de arena», se felicitó.
La fila de familias –del centro o ajenas– formó un goteo que cerraba las cajas a un ritmo frenético. «Ayer –por el jueves– conseguimos llenar tres furgonetas. Hoy repletaremos cuatro, o cinco», agradecía Joseba Albisu, director de Marianistas, la colaboración de las familias. También el de los cuarenta voluntarios que ordenaron y empaquetaron todo lo que llevaba. Ahora será la ONG Ucrania Euskadi la encargada de llevar toda esta solidaridad hasta su destino. «Han sido dos jornadas de recogida, pero no descartamos organizar más».
Lo mismo apuntan desde Carmelitas. El lunes instalaron en la entrada al colegio una enorme caja «decorada con la bandera de Ucrania» en la que la gente está dejando su granito de arena. «La respuesta está siendo buenísima y muestra esa cara solidaria de la sociedad. Ya hemos cargado cinco furgonetas», enumera Nieves Maya, directora del centro, orgullosa por ver la implicación de padres, profesores y alumnos. «Trabajan en horarios no lectivos. Terminan hasta sudando por conseguir empaquetar todo –la ropa la envían a la asociación Berakah para que ocupe menos espacio–». Todos reman en la misma dirección.
Un barco en el que también están subidos en Niño Jesús. La entrega ha desbordado todas las previsiones. «Empezamos el martes y la idea era estirarlo hasta el miércoles, pero el lunes será el último día. La respuesta ha sido extraordinaria, se han volcado», elogió Dario Nasilli, director del colegio, donde comparten esa «preocupación por las imágenes que llegan».
No son los únicos colegios en activar un programa de ayuda humanitaria. Pero para no colapsar las carreteras y racionalizar los productos durante más tiempo, Corazonistas y Paula Montal Escolapias pondrán en marcha sus recogidas más adelante.
El objetivo es facilitar lo máximo posible el envío. Y con esa intención, el alcalde de Vitoria, Gorka Urtaran, informó ayer a la ciudadanía que «para cualquier iniciativa o voluntad» se pongan en contacto con errefuxiatuak@euskadi.eus o por teléfono 945 22 22 22 con el fin de « ordenar y coordinar bien la ayuda para que sea eficiente y llegue a su destino».
En esa línea, Egibide, canalizará las aportaciones de las familias hacia la asociación Chernobil, Cáritas, Cruz Roja, Eroski y Alboan. Ganivet tratará de colaborar con otras AMPAs para unir sus fuerzas. Y Vera Cruz trabajará de la mano de Save The Childen.
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