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El PP de Iñaki Oyarzabal firmó este jueves con el Gobierno foral que lidera Ramiro González el pacto que permite sacar adelante una inyección económica que mejora la prórroga presupuestaria y garantiza económicamente los principales proyectos previstos en el territorio histórico de cara a la ... presente legislatura. En el plano político es la constatación de que, una vez más, los populares son la única alternativa del PNV y del PSE en la Diputación para asuntos económicos, algo que se antoja esencial a pocos meses de que se aborde la tan esperada reforma fiscal. Sobre todo porque los partidos gobernantes necesitan esta legislatura a la oposición para sacar adelante iniciativas al carecer de una mayoría absoluta.
Jeltzales y socialistas se vieron obligados a retirar en diciembre su propuesta presupuestaria para el presente ejercicio al no obtener ningún apoyo de los grupos de la oposición, en un escenario condicionado por la cercanía de las elecciones autonómicas. Por esa razón, las cuentas están ahora mismo prorrogadas. El mes pasado, el ejecutivo foral propuso 'inyectar' 9,8 millones y Oyarzabal -que ayer fue el protagonista absoluto al no comparecer ningún miembro del Gobierno de la provincia o del PNV- ha conseguido cambiar el destino de 2,8 millones, principalmente mejoras sociales y rurales. A cambio asegura económicamente el campus del vino que promueve el Basque Culinary Center (BCC) y el centro de fabricación avanzada de Mercedes-Benz (BAM), los dos proyectos estrella de la legislatura, pero también servirá para aumentar la apuesta por atraer vuelos de pasajeros al aeropuerto de Foronda.
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EH Bildu y Elkarrekin prácticamente se habían 'autodescartado' para la negociación desde el minuto uno. Aun sabiendo que el campus y el BAM son condiciones 'sine qua non' para Ramiro González, los abertzales no garantizaban el respaldo económico en los próximos años (no contemplaban créditos de compromiso) y los morados directamente dejaban a 'cero' ambas partidas por tacharlas de «elitistas». Esto dejaba al PP como única alternativa y, por eso, en las últimas semanas se han multiplicado los contactos desde el Ejecutivo para evitar otro naufragio.
«Con nuestro apoyo salvamos las principales inversiones previstas para Álava, reforzamos los servicios sociales, el gobierno foral asume las principales propuestas que hacemos en materia de vivienda para jóvenes, dependencia, zona rural y servicios sociales para mayores, a la vez que dotamos de estabilidad a la Diputación. Salvamos las cuentas y evitamos un giro hacia las posiciones políticas de EH Bildu y Podemos», subrayó el líder provincial del PP.
Y es que una de las condiciones del acuerdo es que el PNV y el PSE voten en la comisión del próximo lunes tan sólo a favor de las iniciativas de los populares, y que decaigan las de abertzales y morados. Una por una. Es decir, el PP se garantiza la exclusividad como socio presupuestario en esta ocasión. «No queremos que otros elementos distorsionen un acuerdo muy claro y conseguimos que no se dé un giro a la izquierda», remató Oyarzabal.
Aún parece temprano para predecir si este entendimiento tendrá su reflejo en la negociación que arrancará en noviembre para los presupuestos de 2025 o incluso para la reforma del sistema fiscal, pero el PP ya ha demostrado que es la única opción de la que dispone el Gobierno de Ramiro González para acordar la norma fiscal que rige en el presente ejercicio y que permitió un alivio en las tablas del IRPF. También aunaron fuerzas para sacar adelante las deducciones e incentivos con los que se pretende atraer producciones audiovisuales y cinematográficas a la provincia.
De esta manera se evidencia que el PP vasco quiere demostrar su capacidad de influencia y su «utilidad» ante la minoría en la que se encuentra el Gobierno foral. Una predisposición que también se ha visto en el Ayuntamiento, donde ha sido clave para que la socialista Maider Etxebarria sea alcaldesa y desbloquear las comisiones municipales. Si bien, la regidora se ha apoyado también en EH Bildu para sacar adelante los presupuestos o en Elkarrekin Podemos para desatascar el futuro plan general.
En la Diputación los conservadores han renunciado a proyectos como el museo planetario de las ciencias de Salburua o la variante de Yécora (ambos se incluían en sus enmiendas). Los 2,8 millones que condiciona el PP en las cuentas forales se centran en cuestiones más asequibles económicamente.
Así, en materia de vivienda, por ejemplo, se ha logrado una partida para desarrollar un nuevo programa de avales destinado a menores de 35 años que cubrirá hasta el 95% del precio de su primera vivienda. También se ha incrementado la prestación para familias cuidadoras (Pecef), que llevaba cinco años congelada, y la ayuda para la contratación de asistentes profesionales para dependientes (PEAP), que se equiparará al salario mínimo interprofesional (SMI). Con respecto a la discapacidad y la dependencia, los populares han conseguido ampliar los programas de acompañamiento y respiro. Además, se quiere impulsar el 'concurso de ideas' para decidir a qué dedicar en el futuro el conjunto monumental de Quejana.
El PP ha aprovechado sobre todo esa capacidad de influencia en el Gobierno de la Diputación para centrar las inversiones más tangibles en los dos ayuntamientos que en estos momentos encabeza en la provincia: Labastida y Baños de Ebro. En este último, con menos de 300 habitantes, se instalará un muelle de carga y descarga para la vendimia de la uva. En el primero, donde el regidor es el también juntero Dani García, se impulsará una haurreskola.
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