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Entre los alrededor de 1.700 kilómetros de tuberías que atraviesan el subsuelo de Vitoria, a algunas les toca pasar la revisión y, si corresponde, realizar un cambio cada cierto periodo. Es el caso del gran colector con más de seis décadas y 780 metros ... de longitud ubicado entre La Florida y Lovaina. Su antigüedad y desgaste no dejan más remedio que la sustitución total. Y se va a comenzar a desde hoy, en unas obras que durarán todo un año y alterarán seriamente el tráfico del centro. La puesta a punto de una de las 'arterias' de la red de saneamiento y abastecimiento obligará a meter maquinaria pesada y a levantar el asfalto durante ese tiempo en algunas de las vías más transitadas.
Amvisa acometerá la obra en tres fases. La primera, que se desarrollará entre Paseo de La Senda con Manuel Iradier y Micaela Portilla con Luis Heintz para reemplazar 310 metros de tubería, se prevé como la de «mayor afección», según la sociedad municipal, que calcula que esta parte durará «unos 4 meses». El plazo estará sujeto a la meteorología, advierten. Cuanto menos llueva, más rápido avanzarán los operarios. Algo improbable teniendo en cuenta que acabamos de estrenar el otoño. Si no hay inclemencias del tiempo, esta etapa deberá estar concluida para finales de enero.
Hablamos de unas de las particulares 'aortas' del Ensanche, por lo que su cambio requerirá obras de envergadura. ¿Cómo será el proceso? Primero, las máquinas irán demoliendo el viejo colector, retirando el material de relleno y del propio tubo, para proceder a apuntalar la zanja mediante planchas metálicas de cara a poder trabajar con seguridad en su interior, detallan técnicos municipales. A continuación se irá ejecutando una solera de hormigón en masa para la sustentación de la tubería con la pendiente precisa, y se colocará el nuevo conducto y los pozos de registro de hormigón armado (en quiebros e intersecciones con otros colectores). Después se rellenará con gravillín hasta cubrir el conducto instalado, y el resto se completará con zahorras o material todo-uno para dejar el terreno a cota cero. Sobre ello se asfaltará la calle «al final de cada fase».
Aunque los ciudadanos no apreciarán el cambio y sí las molestias de la obra, esta actuación dotará a la zona de un conducto de mayor capacidad y resistencia. El viejo colector, un tubo ovoide de hormigón en masa de 1.200 por 800 milímetros ubicado entre Ramón y Cajal y Paseo de la Senda (y de 1.350 por 900 en Luis Heintz), se reemplazará por otro de poliéster reforzado con fibra de vidrio, «un material que es la 'alta gama' en conductos de saneamiento». Sus dimensiones son mayores (tiene diámetros de entre 1 y 1,2 metros) y la duración, salvo contingencias extraordinarias, «debería ser siempre superior a 60 años».
Respecto a la maquinaria, en la zona trabajarán excavadoras con martillo percutor y cazos de carga, camiones góndola, dumpers o pisones. Finalizada la primera etapa, los obreros empezarán a meter el 'bisturí' en el tramo de calzada que va desde la rotonda de Lovaina hasta Micaela Portilla con Luis Heintz. Esta vez se sustituirán cerca de 240 metros de conducto en un proceso de otros 4 meses si se cumplen las previsiones. Ya la tercera y última fase obligará a levantar Adriano VI desde la Avenida hasta Lovaina -en este caso se cambiarán 230 metros durante 4 meses más-. ¿El fin de obra? Otoño de 2020, si no hay retrasos.
Las obras siempre son molestas, pero en este caso «no podíamos esperar», explica Ángel Llamazares, gerente de Amvisa. Tras una inspección hallaron daños «preocupantes» que «en cualquier momento podían llegar a provocar un socavón, y eso obligaría a cortar el tráfico totalmente», razona. En su conjunto, la red requiere de «una renovación continua». Cada conducción dura unos 50 años y «vamos renovando por tramos» dentro de un sistema que se divide en «800 kilómetros de tuberías de aguas fecales, 300 de pluviales y 700 de agua potable», con piezas «de muchos diámetros y materiales distintos».
Uno de los principales problemas está en las raíces de los árboles, que «buscan la humedad y acaban entrando en la red». «Allí donde podemos vamos colocando un forro protector. En los últimos 4 años hemos cambiado unos 15 kilómetros, y tenemos contratados otros 10 para este año. Esto tiene menor afección porque no supone abrir una zanja».
La renovación En total se cambiarán 780 metros de más de 60 años por otro colector de mayor capacidad y mejor material
Se cambian cada 50 años Vitoria tiene unos mil kilómetros de tuberías de aguas fecales y pluviales y 700 de agua potable
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