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Llegaron el martes. El Departamento municipal de Seguridad ha dotado a la plantilla de la Policía Local con media docena de detectores de metales portátiles. Se repartirán entre los patrulleros y el Grupo de Prevención y Apoyo (GPA), una unidad comodín de este cuerpo. Medios ... internos de la comisaría de Aguirrelanda indican que estas adquisiciones «se utilizarán preferentemente para cacheos superficiales en la calle». Asumen asimismo que implican «un parche» ante el preocupante aumento de las armas blancas en la capital alavesa.
A lo largo del año pasado, entre la Guardia urbana y la Ertzaintza decomisaron cerca de 200 navajas, cuchillos, punzones y similares. «En los últimos años se ha generalizado el porte de estos objetos peligrosos entre un sector de la población», asumen con resignación agentes consultados. El punto de inflexión se fijó en febrero de 2023, cuando un veinteañero sin antecedentes de ningún tipo, empleo fijo, bien considerado en su fábrica y con una vida aparentemente convencional acuchilló a cuatro personas en una céntrica discoteca durante una discusión. Continúa en prisión preventiva debido al «riesgo de fuga». Es de origen latinoamericano y «sin lazos familiares estrechos» en la provincia, razonan desde el Palacio de Justicia.
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La llegada de estos detectores de metales ha sido acogida con cierta indiferencia entre buena parte de la plantilla de la comisaría de Aguirrelanda. «Sabemos hacer registros superficiales de sobra, pero bueno, toda ayuda extra siempre es bienvenida», apunta un mando. «Quizá podrían servir si hay que cachear a una mujer y en ese momento no hay una agente mujer», estima otro policía local sondeado.
A raíz del cuádruple apuñalamiento en la discoteca Glow, que se produjo en febrero del pasado año, la clase política se movilizó. Forzaron a los grandes locales de ocio nocturno a aprovisionarse con estos instrumentos de fácil manejo. Básicamente pitan cuando se acercan a un objeto metálico, aunque haya varias capas de ropa de por medio. Al menos una discoteca vitoriana ya disponía de esta medida de protección.
«Las instituciones decidieron tomar cartas en el asunto, cuando llevábamos meses alertando de la peligrosidad de esta moda venida de otros lugares», remachan fuentes de la plantilla de la Policía Local y de la Ertzaintza. La fiscal jefa de Álava, Carmen Cotelo, ha sido otra de las voces autorizadas en activar las alarmas. «El actual aumento de la violencia responde a causas culturales», esgrimió.
Los controles preventivos se multiplicaron. Los datos oficiales aportados por la Ertzaintza y la Policía Local (ésta sólo ha facilitado la información hasta el 31 de agosto) refieren 192 armas blancas confiscadas en 2023. «137» intervenciones contabiliza el cuerpo autonómico, por «55» del municipal. Este guarismo superaría las 300 intervenciones si se incluyeran los «objetos peligrosos» incautados como puños, cadenas, bastones o armas de aire comprimido.
200 armas blancas
confiscaron el año pasado entre la Ertzaintza y la Policía Local de Vitoria. «137» intervenciones contabiliza el cuerpo autonómico, por «55» el municipal, que sólo ha facilitado hasta la fecha los datos correspondientes al periodo comprendido entre el 1 de enero y el 31 de agosto de 2023.
Ese esfuerzo policial denota que las navajas aún pululan por las áreas de ocio nocturno. Sólo el pasado mes de diciembre, ertzainas sacaron de circulación una veintena de cuchillos y navajas. El domingo 4 de febrero, una treintena de efectivos de este cuerpo se movilizó en la calle Helsinki, en Salburua, después de que un beneficiario de un piso social -y exetarra- clavara un destornillador en el abdomen a la mujer que tenía alquilada irregularmente en su piso social. Otro ejemplo. Un joven acabó engrilletado en octubre tras sacar un arma blanca de enormes dimensiones en una sala de fiestas y «obligar a otro cliente a beberse chupitos con él».
El último incidente conocido se produjo el pasado martes, cuando un okupa de la calle Zapatería esgrimió «un cuchillo jamonero» a los uniformados de la Policía Local que acudieron a la llamada de auxilio de residentes legales en esta parte de la almendra medieval. Tuvieron que irrumpir con escudos en el inmueble, perteneciente al Ayuntamiento de Vitoria. Minutos antes, el sospechoso había atizado «con un palo» a un joven de 21 años. El impacto en la cabeza dejó a la víctima en estado de semiinconsciencia.
No es la primera vez que un municipio dota a sus agentes de detectores de metales. En los carnavales de Algorta de 2023, la Policía Municipal de Getxo estrenó un dispositivo adquirido «con la finalidad de localizar armas blancas». La Feria de Abril sevillana, ahora en plena celebración, cuenta con esta medida extraordinaria «desde 2017», cuando la Policía Nacional la incorporó a sus rondas.
Sin embargo, hay un municipio pionero en desplegar los detectores. Se trata de la localidad mallorquina de Calviá. Las dotaciones de su Policía Municipal empezaron a llevarlo en sus coches patrullas allá por 2008, hace dieciséis años. En ese municipio se ubica Magaluf, cuna del turismo de borrachera.
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