El Instagram del asesino de la mujer embarazada de gemelos: «Es una persona que se quiere mucho»

Dos psicólogas y criminólogas especialistas en violencia de género analizan el perfil del hombre que presuntamente mató a su pareja en Vitoria el pasado domingo y que sumaba casi 100.000 seguidores en la red social

Jueves, 1 de junio 2023

Es fácil juzgar a toro pasado. Con la perspectiva de lo ocurrido, todos sabemos cosas, veíamos cosas, se intuían miradas... es lo que parece que ocurre en casos como el del asesinato de Maialen, la mujer embarazada de gemelos a la que su expareja ... mató el pasado domingo en Vitoria. Espeluzna pasar, aunque sea por trabajo, por el Instagram del presunto asesino, una persona con casi 100.000 seguidores, en el que abundan las imágenes de su hija mayor, los mensajes positivos y amorosos... Ahora, parece fácil dejarse llevar por etiquetas como psicópata, narcisista o sociópata pero eso sería sencillo y poco riguroso, como señalan la mayoría de los expertos en psicología.

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Porque la realidad es que hace una semana, casi 100.000 almas consideraban que los mensajes del ahora detenido eran motivadores. A pocos les llamaba la atención la profusión de imágenes de una menor de edad y muchos se emocionaron cuando anunció que iba a ser padre de gemelos o cuando elogiaba las cualidades de su pareja. En conciencia, debemos reconocer que muchos seguimos o nos detenemos en cuentas similares cada día sin darles mayor relevancia.

«El suyo no se diferencia de otros perfiles que puedas ver en redes sociales, en el sentido de que la gente da una imagen que no tiene mucho que ver con lo que es su vida real», analiza Agustina Vinagre, profesora de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) e investigadora del grupo de Psicología y Criminología (PsyCrim) del centro. Su colega, Ángeles Esteban, doctora en Psicóloga y criminóloga, coincide en esa apreciación y recuerda que al final en este nuevo entorno público tecnológico, como en la vida real, «todos tenemos un 'yo' que mostramos a la sociedad, pero en realidad ocultamos la parte que no nos gusta o que pensamos que no agradará al resto».

Dejando ese aspecto a un lado, y sabiendo el terrible desenlace, ambas expertas encuentran algunos aspectos que sí llaman la atención. Matizan, no obstante, que «la violencia contra las mujeres en el ámbito de la pareja es una lacra en la que influyen muchos factores», en que «no hay un solo perfil» y en que «con solo ver unas imágenes en una red social no se pueden sacar conclusiones diagnósticas».

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¿Egolatría o narcisismo?

Guste o no, la mera exposición en redes ya denota un punto narcisista que no tiene por qué ser malo. «Presumir de tener una bonita familia pude ser positivo», explica Esteban. El problema en estos casos viene cuando «hay mucha diferencia entre el 'yo' real y el que se expone» a los 'followers'. La abundancia de posados y vídeos propios que muestra en su Instagram el presunto autor del asesinato de Maialen «no supone que sea narcisista de ningún modo», pero «sí denota que es una persona que se quiere mucho, que está encantado de conocerse y que no parece que tenga problemas de autoestima», describe Vinagre. «Coincide con la descripción de una persona ególatra, pero quiero recordar que eso no hace a nadie un asesino», dice la psicóloga quien sí apunta a que «el perfil narcisista se está estudiando cada vez más en el ámbito de agresores de violencia de género».

Luz de gas

Uno de los aspectos más venenosos de las relaciones de pareja tóxicas es la 'luz de gas'. Es un maltrato sutil que de puertas para adentro mina la autoestima de la víctima hasta hacerla creer que está loca, que todo es culpa suya, que se lo imagina y que en realidad no se merece a la persona que tiene a su lado. De cara al experior, el maltratador es encantador, educado, el marido ideal, el padre modelo. Y este aspecto sí que encaja con el perfil en redes sociales del presunto autor del crimen de Vitoria. Agustina Vinagre y Ángeles Estaban apoyan esta apreciación en «sus mensajes buenistas», «los elogios a su pareja» e incluso en el hecho de que llegue a decir que «están intentando arreglar» las cosas en su relación. Luz de gas a nivel 100.000 seguidores o globalización del maltrato.

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Sobreexposición infantil

Otro de los aspectos que ambas expertas destacan es la cantidad de fotos y vídeos de la menor. «Debo reconocer que no me he sentido muy cómoda mirando su cuenta. Hay muchas imágenes de una niña y verla es muy incómodo porque mi especialidad es la dignidad de las víctimas de la violencia contra las mujeres», adelanta la profesora de la UNIR, quien recuerda que precisamente por ser una cría «deberíamos tener cuidado con su vida privada». Su colega está de acuerdo y lamenta la «para mi gusto, excesiva sobreexposición de los pequeños, tanto en este caso como en general».

¿Un psicópata?

Agustina Vinagre desvela que la mayoría de los maltratadores «no son psicópatas» y que «no se trata de una enfermedad». «Una persona con rasgos psicopáticos es mala, punto. Hace daño y le importa -3. Solo piensa en sí mismo y nada más», aclara. De todas formas, la profesionalidad necesaria en estos casos dicta que no se trata de rasgos diagnosticables solo por una fotografía.

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La memoria de una niña de 3 años

Los adultos tienden a repetirse que los niños muy pequeños no recuerdan las cosas, que se recuperan mejor, que olvidan lo malo. Como tantas otras creencias de los mayores, no es cierta. Lo recuerdan, aunque de otra forma. «Antes de los cinco años, lo que interiorizamos son las emociones, la situaciones impactantes. Grabamos emociones y cuanto más fuertes sean más se quedan marcadas y más daño pueden hacer en el futuro», desvela Agustina Vinagre en referencia a la pequeña hija de Maialen. Así, si un menor «ha pasado miedo o visto a su padre hacerle daño a su madre es algo que no sabrá expresar, pero que le hará daño en el futuro». Son recuerdos emocionales «que pueden ir acompañados de imágenes o no» ya que el ser humano «tiene unos mecanismos de defensa y si es algo que es muy muy doloroso lo esconde». Eso no quita que «luego tenga consecuencias en el futuro». Para ella queda mucho trabajo por hacer a nivel psicológico porque «quizás no tenga heridas físicas, pero las tiene» y se las ha originado quien debería protegerla por encima de todo.

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