Imputan por «homicidio imprudente» a 3 conductores de la «carrera ilegal» donde murieron Izaro y Cristian

A las 1.47 horas y 18 segundos, según refleja el atestado policial, dos BMW circulaban «a gran velocidad» por la recta de un kilómetro de la calle Júndiz. Ambos protagonizaban una «carrera ilegal». El turismo en cabeza chocó de manera «frontolateral» contra un Volkswagen Polo que se incorporaba a la calzada. O para regresar a Vitoria o para cambiar de acera y seguir mejor los «piques». Ese es el nombre que dan los asiduos a estas competiciones irregulares, que acumulan más de veinte años celebrándose en esta zona de forma intermitente.

De los cuatro ocupantes, murió la pareja del asiento trasero. Cristian, de 21 años, en el impacto. Un par de horas después, Izaro, de 18. Ella, rodeada de facultativos en Txagorritxu, quienes nada pudieron hacer por salvar su vida. El conductor del utilitario, llamado Assaad, continúa hospitalizado «con lesiones graves» y, al parecer, podría sufrir «amnesia temporal». Mientras que la copiloto se halla fuera de peligro. Está considerada una testigo clave.

Según ha sabido este periódico de fuentes policiales y judiciales, los cargos, que aún podrían variar, afectan a Ahmed, el veinteañero al volante del BMW que embistió «a gran velocidad» al Volkswagen Polo y lo desplazó «36 metros». También al conductor de ese utilitario, el aún convaleciente Assaad. Y, por último, otro chico de nombre Masimo. Él competía contra el turismo de alta gama, también montado en un BMW, pero de menor potencia.

Al transitar en segunda posición, este chico libró de chocar con el Polo «por unos metros», detallan medios internos de la comisaría de Aguirrelanda. Este tercer implicado se dio a la fuga, sin pararse a auxiliar a los implicados. Su competidor, Ahmed, que sí se quedó, dio «negativo» en el test de drogas y alcohol. Comentó a los agentes que el Polo se adentró «repentinamente a su paso sin poder evitar la colisión».

Gracias a una pista dada por el entorno del conductor hospitalizado, pronto pudo ponerse nombre al huido. A partir de ahí se sucedió un concienzudo estudio de cámaras de seguridad de Júndiz y Betoño. También se rastrearon diversas redes sociales hasta que la Unidad de Tráfico de la Policía Local dio con Masimo una semana más tarde. Pese a obtener el carné de conducir recientemente, en Aguirrelanda constatan su implicación previa en «un accidente por alcance» y una denuncia por «conducción temeraria». El 19 de enero le detuvieron.

Una jornada más tarde compareció con Ahmed ante la autoridad judicial. Les retiraron los pasaportes e informaron de los cargos. Desde entonces acuden cada semana al Palacio de Justicia. Cuando logre el alta, Assaad, superviviente del Polo y tercer investigado, probablemente deba ajustarse al mismo régimen.

Los tres coches implicados tenían los papeles y seguros en regla. Por lo que el quid de la cuestión legal será dirimir qué sucedió aquella madrugada y el grado de responsabilidad de cada uno. A partir de ahí llegarán las compensaciones económicas y las repercusiones penales.

Los investigadores ya han completado el itinerario previo del Polo. Los cuatro ocupantes compraron la cena en un local de comida rápida. Como muchos otros viernes se acercaron a Júndiz. Al detectar presencia policial marcharon al 'segundo' circuito de carreras oficioso, la calle Miravalles, cerca del Buesa Arena. Como sus dimensiones son más reducidas, imperan los derrapes.

Al poco apareció la Guardia urbana y los más de 30 automóviles concentrados optaron por cambiar de barrio. Los patrulleros identificaron a la práctica totalidad. También el Polo donde iban Izaro y Cristian. Les llamaron la atención porque la luz izquierda delantera «deslumbraba». Hicieron tiempo en una gasolinera de la calle Madrid ya que alguien alertó de que los municipales patrullaban por la calle Júndiz.

Sólo siete minutos después de que los uniformados dejaran el polígono, esta vía de un kilómetro se llenó de coches, muchos trucados. Ocho empezaron a competir por tandas. Existen dos grabaciones que lo atestiguan. El Polo se situó en una acera para seguir mejor sus evoluciones. Cambió de lado hasta «tres veces», según los investigadores.

A la 1.47 horas y 18 segundos se produjo la colisión mortal. La Policía Local ha obtenido una grabación de 6 segundos extraída del móvil de la copiloto del Polo. Esta chica ingresó en shock en Txagorritxu. «Por favor, no les digáis nada a mis padres, que no se enteren», rogó aún aturdida.

En su primera declaración, esta superviviente contó a los agentes en la habitación 529 de Txagorritxu, y en presencia de sus padres, los pormenores de aquella noche fatídica. Casi todo lo que explicó ha podido ser corroborado gracias a imágenes obtenidas de cámaras de seguridad y de declaraciones de otros testigos. También hay versiones diferentes.

Mientras tanto, la investigación sigue. Se estudiarán las muestras de sangre tomadas aquella noche a Assaad, el conductor del Polo. También se ha solicitado un estudio de las cilindradas reales de los dos BMW participantes en la carrera mortal, así como de los móviles de todos los implicados. La Policía Local trabaja en la reconstrucción del siniestro. Esta fase de instrucción durará «años».