

Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Sergio Carracedo
Domingo, 7 de julio 2024, 00:20
La actividad no se detiene en Iruña Veleia una vez superado el mayor fiasco de la arqueología de Euskadi y condenados, hace ahora 4 años, ... sus responsables. Ajenos ya a aquel revuelo, los trabajos de prospección no invasiva (georadar y teledetección) continúan y «están dando resultados», se trabaja en sentar las bases para el futuro del yacimiento tras hallarse restos medievales de los Iruña o la Orden de San Juan y continúa el goteo incesante de visitantes mientras prosiguen las labores de consolidación de estructuras. Estas últimas tareas, que se realizan con los fondos Next Generation, son las más llamativas ya que su resultado es visible a simple vista, más aún tras estabilizar 350 metros de muralla, desde la puerta principal hasta el supuesto templo ubicado en el extremo occidental. Con ello se pretende conservar la estructura, desenterrada hace 70 años por Gratiniano Nieto, y hacer que su deterioro «sea lo más lento posible». El resto «está protegido por la propia ruina arqueológica y los desmontes a un lado y otro, por lo que corre menos riesgo».
En algunas zonas, la cerca defensiva alcanza ahora los 6 metros de altura, lejos de los «ocho o diez que tuvo» inicialmente en los tramos normales. «Los torreones eran todavía más altos». «Fue una construcción espectacular», explica a EL CORREO Javier Fernández Bordegarai, jefe del servicio de Museos y Arqueología de la Diputación. Hasta ahora, «se ha intervenido en los puntos en los que había más riesgo de caída».
En un paseo por el recinto defensivo, tanto por el interior como por el exterior, se puede apreciar que «se levantó de manera rápida y reaprovechando materiales de otras construcciones». De hecho, se pueden ver «tambores de columnas embutidos en el muro y hasta la tapa de un ara romana (pequeño altar). Parece que tuvieron cierta prisa en construirla y que tuvieron que emplear grandes recursos y a un gran número de personas». Los últimos datos recabados apuntan a que se construyó «a finales del siglo III o entrado el IV, un periodo convulso en el que los máximos enemigos de los romanos eran los propios romanos, ya que se erigieron varios emperadores a la vez y hubo guerras civiles», explica Bordegarai. La reciente limpieza permite tener una perspectiva de la muralla diferente a la que había hasta ahora, ya que estaba parcialmente oculta entre vegetación y algunos derrumbes.
Estos trabajos, dirigidos por el departamento foral de Cultura que lidera Ana del Val, comprenden el lienzo exterior y el interior, así como los «cuatro o cinco metros de grosor» que tiene el muro, añade Bordegarai. Se realizan bajo supervisión de arqueólogos y engloban tareas de control arqueológico y documentación (elaboración de planos, alzados y topografía). Las labores de control han permitido localizar otras estructuras previas a la construcción de la muralla y desarrollar algunas investigaciones, principalmente, en tres puntos. El primero, en la zona del templo, donde se ha confirmado que al menos hay un metro más de muralla sepultado, junto al camino que va a Trespuentes. El segundo, en la poterna, puerta descubierta el pasado año junto con algunos hallazgos, y que este año se ha acondicionado para las visitas. Y el tercero, en un torreón anexo a la muralla en la parte alta del yacimiento.
visitantes han recorrido en los seis primeros meses de 2024 el yacimiento romano de Iruña Veleia. En 2022 recibió 3.875 visitas y el pasado año ascendieron a 3.395.
Próxima intervención
Una de las próximas intervenciones será habilitar un paseo interior al pie de la muralla para que los visitantes puedan apreciarla de cerca. También se acondicionará la pista exterior.
Excavada el pasado año
Excavada el pasado año, ahora se ha consolidado para que sea «transitable y utilizable para los visitantes». Se hallaron cerámicas, una cabeza de león de bronce, tachuelas, clavos y pequeñas monedas en los niveles tardíos II-IV. La puerta daba acceso a una calle del recinto.
Este torreón, es uno de los muchos que tenía la muralla a lo largo de sus 1.200 metros de perímetro y que servían para defender mejor el recinto. Estaba oculto entre tierra y vegetación, pero se ha encontrado al buscar el trazado de la muralla. «Apoyadas sobre él han encontrado diversas construcciones, posiblemente medievales, que han permitido que el torreón se conserve mejor que el resto», explica Bordegarai.
«Aquí estuvo el solar de los Iruña y la Encomienda de la Orden de San Juan y efectivamente los restos están demostrando esa ocupación medieval». En este punto se estudiarán todos los restos y se intentará recuperar el bastión romano y mantener los restos medievales. Además, en este privilegiado emplazamiento, «en uno de los puntos más altos de la ciudad» se plantean también la instalación de una atalaya desde la que contemplar el yacimiento y las panorámicas de la zona. «Es un sitio magnífico. Aquí hay un control visual de la Llanada, por algo vinieron aquí los romanos y los anteriores a los romanos», ya que se han documentado restos desde finales del Bronce, entorno al 1.000 a. C. Tras la ciudad caristia y el oppidum o poblamiento fortificado romano, se han documentado edificaciones del siglo V en esta península protegida por un meandro del Zadorra. Pero «aquí siguió habitando gente. Hubo aldeas medievales, el solar de los Iruña y, por último, la Orden de San Juan», que al menos tuvo una iglesia con torre exenta, la casa del prior y un hospital, dependencias que estuvieron en uso hasta el siglo XVIII. Se cultivó durante siglos sin problema y una ermita, en pie hasta el siglo XIX, la documentó en un dibujo Becerro de Bengoa.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Encuentran muerta en un río a la actriz Sophie Nyweide
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.