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La vendimia se volvió a teñir este domingo de luto en Rioja Alavesa. Dos hombres de 60 y 61 años fallecieron poco después de la ... una de la tarde en la bodega familiar Crespo Zabala del municipio de Lanciego tras caer accidentalmente al interior de un tanque e inhalar el 'tufo del vino'; es decir, tras respirar el tan temido dióxido de carbono que se desprende durante el proceso de fermentación alcohólica de la uva. Se trata de Gerardo Jubera y Félix Crespo, que eran cuñados y miembros de unas familias muy queridas en el pueblo como evidenciaron las muestras de dolor por parte de los vecinos que se acercaron a las puertas de estas funestas instalaciones.
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Según relató la alcaldesa Itziar de Álava, Gerardo se acercó al depósito para comprobar cómo evolucionaba el vino con tal mala suerte que se resbaló y cayó al interior. Un peón que se encontraba en la bodega alertó rápidamente a Félix, que en ese momento se encontraba sobre la báscula pesando la uva que se había recogido, y subió acompañado de otros dos vecinos hasta estas instalaciones donde elaboraban vino, aunque no lo embotellan. Entre todos intentaron sacar de forma manual al hombre accidentado, pero al comprobar que resultaba imposible, Félix cogió una escalera y se introdujo en el tanque con la esperanza de salvar a su cuñado. El desenlace resultó doblemente trágico. Ninguno de los dos volvió a salir con vida. «Es algo que hubiésemos hecho cualquiera para salvar a un familiar o un amigo», destacó apenada la regidora.
Los vecinos que habían acudido junto a Félix trataron de ventilar las instalaciones «con chaquetas y mantas», entre otros improvisados utensilios, para sacar el tóxico gas, pero cuando por fin lo lograron ya era demasiado tarde para los dos cuñados. Los primeros médicos que llegaron hasta este municipio -que se encuentra a 15 kilómetros de Logroño y 55 de Vitoria- sólo pudieron confirmar la muerte de los dos sexagenarios y ordenaron el inmediato traslado en ambulancia de un peón de 31 años y origen pakistaní al hospital San Pedro de la capital riojana. Este se encuentra consciente y estable tras ser atendido en el servicio de urgencias, aunque roto de dolor por la tragedia que le tocó vivir.
El Departamento de Seguridad del Gobierno vasco recibió el primer aviso por parte de un particular a las 13.20 horas y hasta Lanciego se desplazaron inmediatamente distintas dotaciones de la Ertzaintza, ambulancias y un helicóptero medicalizado, que finalmente no tuvo que actuar.
Al ser considerado desde un principio como un accidente laboral, también se desplazaron al lugar técnicos del Instituto Vasco de Seguridad Laboral (Osalan) para abrir una investigación que trate de esclarecer las circunstancias exactas del trágico suceso que sacudió la zona. La fase de instrucción se encuentra en proceso, pero la Diputación de Álava inmediatamente señaló al 'tufo del vino' como culpable directo de la muerte de los dos productores. Un sospechoso lógico y evidente en base a la experiencia previa.
La tristeza inundó inmediatamente este rincón de Rioja Alavesa al ser vecinos «muy conocidos» con raíces en Lanciego y el vecino concejo de Viñaspre -que pertenece al mismo municipio-. El Pleno del Ayuntamiento decretó tres días de luto oficial como homenaje y recuerdo a Gerardo y Félix. Tal fue el 'shock' en la zona que a medida que la noticia se extendía a través de los móviles, muchos no dudaron en poner rumbo hacia la bodega para intentar ayudar o, al menos, mostrar su apoyo y cariño a los familiares y amigos de las víctimas. Las imágenes con lágrimas y abrazos se observaron continuamente a las puertas del trágico escenario durante la tarde.
«Estamos desolados», confesó Itziar de Álava a este periódico con voz temblorosa. «En la época de vendimia se corre un riesgo altísimo de accidentes y estamos concienciados de los peligros que existen. Todos conocemos el riesgo que supone el 'tufo', pero esta vez nos ha tocado a nosotros. Es una enorme desgracia», admitió la alcaldesa riojanoalavesa.
La comarca vitivinícola vasca ha tenido numerosas experiencias trágicas con este inodoro e invisible enemigo. La última fue el 7 de octubre de 2020. Entonces, otros dos hombres -uno de ellos era el exalcalde de Lapuebla de Labarca Dani Espada- murieron como consecuencia del CO2 en la bodega familiar Espada Ojeda. El antiguo regidor cayó dentro de un depósito de unos 5.000 litros de capacidad tras desvanecerse y su primo, Marcos Gallurralde, se lanzó para tratar de salvarle. Tuvo el mismo efecto reflejo que este domingo se producto en Lanciego con un desenlace calcado. Y es que ambos perecieron en el interior del tanque sin que los servicios sanitarios pudieran hacer nada por salvar sus vidas.
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