La Diputación de Álava pone el sonómetro a las catorce carreteras con más tráfico

Hace diez años, cerca de medio millar de alaveses vivían en un área caliente. Es decir, el paso de coches y camiones por las grandes vías y por delante de sus ventanas hacía que de día soportaran estruendos constantes de más 65 decibelios y de 55 por la noche. Hoy esa cifra se reduce a alrededor de 200 y son todos ellos vecinos de Oion (travesía de la A-2126) y de Llodio (tramo urbano de las A-3638).

En esta década, explica el jefe del sevicio de carreteras, Miguel Ángel Ortiz de Landaluce, han cambiado algunas cosas. De entrada, se han instalado pantallas acústicas en la N-622 en Amezaga y Murgia, lo que ya ha aislado de las molestias del tráfico a buena parte de esas casas. Los muros de metacrilato, madera u hormigón ya se habían mostrado efectivos antes en Miñano Mayor y en la autopista Vitoria-Eibar.

Pero además han cambiado las mediciones de ruido y la tecnología con la que se elaboran los mapas, ahora basada en la cartografía en 3D. «Se incorporan datos más precisos como las caracterísitcas de los vehículos que pasan por cada tramo, el estado del pavimento, la distribución horaria», detalla Landadulce. Hasta las fórmulas de cálculo del ruido que hacen los motores son diferentes. «Antes se hacía con motores de los años 90 y ahora ya son más silenciosos».

Para este mapa de ruidos de las carreteras principales se han analizado los tramos de mayor densidad de vehículos y que pasaran cerca de viviendas en la A-1, la AP-1 (Armiñon y la Vitoria-Eibar), la AP-68, la N-102, la N-104 (Elorriaga), la N-124( hacia Rioja Alavesa), la N-240 y la N-622. De la red básica de carreteras se han tomado medidas en la A-625 entre Llodio y Saratxo. De las comarcales, destacan la A-2126 (travesía de Oion) y la A-2522 (hacia Orozko). La única local analizada a es la A-3638 que da acceso a Llodio. En general, salvo la de Oion y Llodio, los decibelios están por debajo de los umbrales que marca Europa.

El mapa ya está en manos de Bruselas y ahora la Diputación confeccionará uno más detallado municipio por municipio. Además deberá redactar un nuevo plan estratégico antirruidos. «Los ayuntamientos deben establecer zonas de servidumbre acústica e impedir nuevos desarrollos urbanos o poner condiciones a esos crecimientos», detalla Ibarlucea.

Este año, su departamento destinará 220.000 euros a los que se deben sumar 1,5 millones de crédito de compromiso para la instalación de pantallas protectoras junto a las casas de Aranguiz (N-622) y Ariñez (N-102).

Según la Agencia Europea del Medio Ambiente, una exposición constante a ruido elevado causa al año 16.600 muertes prematuras y más de 72.000 hospitalizaciones solo en el viejo continente.