Vitoria levanta la persiana del comercio pero la mayoría de las terrazas siguen cerradas

Un pedacito de ese futuro que se asoma tras la pandemia se intuía desde primera hora de este lunes en la ciudad. En puntos como Lakua, por ejemplo, donde los funcionarios dejaban atrás dos meses enchufados al teletrabajo y comenzaban a entrar en la sede del Gobierno sobre las 7.30 horas. La nueva rutina se esbozaba también en otro rincones según avanzaba el reloj. En forma de colas en los bancos, tranvías a pleno rendimiento, desayunos en un puñado de bares como el Manai o El Pregón, misas... y hacia las 10.00 de reapertura de muchas, muchísimas tiendas. De hecho, una encuesta de Gasteiz On apunta que el 89% del comercio vitoriano abre hoy y que más de la mitad, además, lo hace en su horario habitual tras varias semanas con el cerrojo echado. «En algún momento hay que arrancar, aunque sea poco a poco, pero la clientela tiene que ver que estás trabajando», sostiene Diego Martínez de San Vicente, presidente de la asociación que agrupa a cerca de 600 establecimientos en la capital alavesa.

Entre quienes han decidido poner fin al parón tras haber probado suerte o no con la cita previa aparecen tiendas pequeñitas y emporios, como Inditex, que por la mañana encendía las luces de todos sus escaparates en la ciudad menos Zara. También suena la caja registradora en Misako, aún con un letrero en el escaparate por el Día del Padre, Calzedonia, la perfumería Druni, Decathlon o Benetton, mientras que a unos metros siguen cerrados Sephora, Pepe Jeans, Tezenis o Desigual. Pero tras las puertas que han abierto nada es igual. En el local de Ana Muguerza en General Álava recuerdan a la clientela que desinfectan con ozono dos veces al día, en Stradivarius se han habilitado probadores alternos... y los geles hidroalcóholicos y los guantes de plástico se han convertido en el nuevo kit de bienvenida al comercio.

Más de un vitoriano ya cargaba a primera hora con alguna compra tras dos meses con la tarjeta limitada a los productos básicos y la escena que arrojaban vías tan céntricas como Dato se asemejaba a la de la normalidad anterior al Covid-19. Viandantes de todas las edades, alguna chirriante rotaflex en la zanja, repartidores... y las pocas terrazas levantadas, a tope. Las ocho mesas del O´Connors, las cuatro del Prado 24... aunque el 85% de los encuestados por Gasteiz On asumen que no servirán ni una caña antes de finales de mayo. «Algunos se han reinventado, con menús para recoger o comida a domicilio y están funcionando», advierte Martínez de San Vicente ante un panorama que muchos hosteleros ven con «pesimismo». Israel Burguera, del Haritzak, en San Martín, es uno de ellos: «Hay muchísimos bares con tres o cuatro mesas en la terraza y si sólo pueden tenerla al 50%, no les compensa abrir. Además, esto es Vitoria, y mira qué tiempo ha hecho este fin de semana».