Los vitorianos se anticipan a la llegada de la Semana Santa y visitan con frecuencia supermercados y tiendas de alimentación con el fin de llenar su despensa. Las colas han vuelto este martes al exterior de estos establecimientos, pero el estado de ánimo ... y el comportamiento de quienes las integran no se parece al de la primera semana de confinamiento en la capital alavesa, allá por el 9 de marzo. Se controla el acceso a las tiendas, el uso de guantes es obligado, el gel desinfectante aguarda en la entrada y las estanterías lucen llenas, a excepción de algún capricho como la cerveza o el chocolate. Las compras se realizan con previsión y tranquilidad.
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Ane Miren Jiménez de Vicuña se ha acercado al BM de la calle Beato Tomás de Zumárraga alrededor de las 10.30 horas. Suele acudir a primera hora de la tarde, cuando la afluencia a los supermercados es menor, pero se ha encontrado una larga cola que giraba hasta la Avenida Gasteiz. «He salido a hacer un recado y he aprovechado. Llevo días comprando más cosas para Semana Santa, me paso después de sacar al perro», explicaba mientras repasaba mentalmente la lista de la compra. Arroz, carne, pescado... «Quiero evitar venir el sábado y coger sólo pan, me temo que ese día se juntará mucha gente en las tiendas», vaticina la mujer.
«La afluencia ha crecido en el supermercado respecto a los días anteriores», afirman desde El Corte Inglés, una de las pocas superficies que ha anunciado su apertura para este domingo. Esta mañana los lineales, cuyos frontales han cambiado para que productos como el jabón de manos y el atún en conserva estén más a mano, arrojan una imagen desigual. Mientras en unos establecimientos es difícil adquirir productos como aceitunas, patatas fritas, chocolates, pan tostado y el producto estrella, las cervezas, otros como el Simply de la Avenida Gasteiz estaban completamente repuestos a media mañana. «Estamos las mismas reponedoras pero algunas cajeras más para que los clientes no se acumulen. Estos días hay colas para entrar a primera hora de la mañana», señalaba una trabajadora.
El arsenal de carros de la compra que esperan en la entrada de los supermercados y las colas en fruterías y panaderías contrastan con la tranquilidad de locales como el Mercado Gasteiz. «Muchos clientes nos hacen pedidos por teléfono y pasan a recoger el pescado cuando ya está preparado, así evitamos que pasen mucho tiempo aquí. Se han adaptado bien, y también al hecho de que cerremos por las tardes», agradece Lourdes Pajares, empleada de la pescadería Zuzen. Han notado que la afluencia ha crecido en los últimos fines de semana, pero confirman que, en general, se está produciendo un repunte en el consumo desde ayer lunes. «Eso sí, no es como el de la primera semana, ¡eso fue la hecatombe!», coinciden en los negocios vitorianos consultados.
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«Este sábado adelantaremos la hora de apertura a las 8.30», recordaba la megafonía de Eroski. Los clientes respetan la separación de metro y medio en las pescaderías y charcuterías, esperan a que el anterior termine de pagar antes de colocar sus productos en las cajas y se adaptan a una semana plagada de festivos. «Podemos arreglarnos sin comercios unos días, pero no sin ambulatorios, me alegra que se mantengan abiertos. Tengo conservas de sobra y he venido a por frescos, pero hoy he notado más cola que en los días anteriores», reconocía Conchi López mientras guardaba su turno para acceder a la Frutería Uriarte.
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