Felisa, la bisabuela del bebé de once meses que este jueves cayó desde un quinto piso de un bloque de la Avenida 8 de Marzo, en el barrio vitoriano de Salburua, ha hablado de los duros momentos que pasa la familia y ha mostrado la ... esperanza de que la evolución del niño en las próximas 48 horas sea favorable. «Estamos expectantes y esperanzados», ha afirmado junto al edificio donde ocurrió la tragedia. «Los médicos han dicho que ha sido un milagro. Tiene dos huesos rotos en el cráneo y algunas cosas internas», ha detallado la mujer, que se ha sincerado ante los medios de comunicación. «A ver si tenemos suerte porque estoy hecha una pena», se ha dolido, mientras confiaba en la buena evolución de la salud del pequeño en las próximas y críticas horas.
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El bebé se encuentra ingresado en la UCI pediátrica del hospital de Cruces de Bilbao, a donde ha sido trasladado esta madrugada tras llegar la tarde del jueves a Txagorritxu en «estado crítico».
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David González | Rosa Cancho
Ramón Albertus
A juicio de la bisabuela, las consecuencias fatales que se produjeron después de que el niño se encaramara hasta la ventana, pudieron venir por un «despiste» debido a que el padre se quedó «dormido –fue lo que alegó el progenitor en una primera versión con la Ertzaintza– con la ventana abierta». «El chaval lo cuidaba de maravilla, siempre estaba con él», ha asegurado, después de que este viernes por la mañana fuera puesto en libertad.
Como ya avanzó la web de EL CORREO, todas las miradas policiales se depositaron desde un primer momento en el joven progenitor, quien se hallaba en el domicilio cuando el pequeño cayó al vacío.
Tras una breve entrevista con él y ante sus respuestas, la Guardia urbana decidió su arresto y traslado a la comisaría de Aguirrelanda para tratar de esclarecer lo sucedido. Un par de horas después, la Ertzaintza cogió el testigo y se hizo cargo de la investigación, llevando al veinteañero a las instalaciones de Portal de Foronda donde ingresó «muy afectado». El padre ha quedado en libertad hasta que pase a disposición ante el juez.
A pesar de que las investigaciones de la Ertzaintza continúan abiertas, la alcaldesa de Vitoria, Maider Etxebarria, ha afirmado este viernes que «todo apunta a un fatal accidente». Medios policiales deslizan que la primera versión aportada por el progenitor es que «se quedó dormido». Y que, a partir de ahí, la criatura, no se sabe muy bien cómo, se encaramó hasta la ventana abierta de la quinta planta con consecuencias fatales. Una versión que ha respaldado la bisabuela del bebé esta mañana. «Habían cambiado el sofá de sitio. El niño es muy movido, escala con facilidad. Es un trepador de miedo y tuvimos una desgracia», ha afirmado al tiempo que ha relatado que, antes del fatal suceso, «estábamos felices porque le íbamos a bautizar el lunes de Pascua ya que su cumpleaños es el 27 de marzo».
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El Ayuntamiento de Vitoria ha puesto sus Servicios Sociales «a disposición» de los padres del bebé. Los trabajadores del departamento de Políticas Sociales han contactado con la madre de la criatura este viernes por la mañana para conocer sus posibles necesidades y «prestar el apoyo que sea preciso. La progenitora se encontraba, como es lógico, todavía muy afectada», ha manifestado Etxebarria.
En Salburua ha resultado difícil centrar este viernes la atención en otra cosa. Las marcas rojas y verdes pintadas por los medios policiales en el suelo para tratar de esclarecer lo sucedido han impedido borrar los acontecimientos ocurridos el jueves por la tarde. Tampoco la crudeza de la escena que tuvieron que presenciar peatones y residentes ha permitido evadir el tema.
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Pedro, el único testigo directo del accidente, no ha descansado apenas en toda la noche. Ha dormido «algo», pero «en cuanto te despiertas, te viene la imagen», ha confesado a este periódico. «Es una tragedia. Son una pareja jovencísima y los niños son... muy inquietos», han acertado a replicarle varias vecinas que se han encontrado en el portal.
«El poco tiempo» que llevaban afincados en la vivienda ha provocado que para buena parte del entorno fueran unos jóvenes a los que nada más habían visto «dos o tres veces». Marta, sin embargo, ha echado de menos en el paseo matutino que da con su perro a esta familia, que tiene un rottweiler de seis meses «muy educado». «El niño es precioso, tiene los ojos muy grandes y es simpatiquísimo. Y ellos igual, siempre han sido muy educados», ha explicado.
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