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De indigesto mamotreto a pieza clave en el puzzle de los espacios culturales de Vitoria. La pandemia ha cambiado de forma radical la percepción del Iradier Arena, que hasta hace tan sólo unos meses parecía condenado a permanecer sumido en un eterno letargo. Las restricciones ... de aforo derivadas del coronavirus lo hicieron despertar como sala de eventos mediante un ingenioso modelo de gestión participativa y la implicación de todo el tejido cultural de la ciudad. La experiencia de Kultura Bizia ha cuajado hasta tal punto que el Ayuntamiento prevé prorrogar la cesión del espacio hasta diciembre. A partir de ahí, los planes de Cultura pasan por darle continuidad al proyecto y entre las opciones que se barajan está la de sacar a concurso el Iradier para su gestión. No es la primera vez que se plantea esta opción. Pero esta vez parece que sí, que el coso sin toros tiene la oportunidad de convertirse en la gran sala multiusos que precisa la capital vasca.
«Ahora este espacio se lo van a rifar». Así de optimistas se muestran fuentes municipales de cara a la futura operación que plantean para, de una vez por todas, insuflarle vida al Iradier Arena. La experiencia de las últimas semanas, con la programación de Kultura Bizia «ha cumplido todas las expectativas, incluso las ha superado», insisten los mismos medios, convencidos de que se ha logrado despojar al Iradier de la imagen de recinto inservible –'ningunuso', lo llegó a calificar antes de la pandemia Miren Larrion, la defenestrada líder de la oposición– y afianzarlo como un escenario complementario al Principal en el medio plazo.
Posibles interesados
Tras consultar con el interventor, el Ayuntamiento tiene previsto prorrogar la cesión del espacio a Kultura Bizia hasta diciembre. La plataforma funciona como una asociación, como una suerte de 'UTE cultural' sin ánimo de lucro, de ahí que sea posible optar por esta fórmula sin que medie concurso público. A partir de diciembre, la hoja de ruta del Ayuntamiento pasa por darle continuidad al proyecto. Ya se habrían sondeado a firmas del sector –incluso a algunas de las que ahora mismo están bajo el paraguas de Kultura Bizia– y se estudia, entre otras fórmulas, sacar a concurso la explotación del multiusos, en régimen de concesión administrativa, con el compromiso de que la futura adjudicataria invirtiera en mejoras para el edificio. Este es uno de los escenarios en los que se trabaja.
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Según ha podido saber este diario, la principal condición que ya deslizan algunos posibles interesados en explotar el recinto de la plaza del Renacimiento tiene que ver con el plazo de esa concesión. La inversión para solucionar los evidentes problemas de sonoridad y climatización del edificio se antoja cuantiosa. «Sólo se podría recuperar con una concesión a muy largo plazo, entonces sí podría resultar muy interesante», reconocen los responsables de una conocida promotora de eventos.
Entre tanto, es Kultura Bizia quien se encarga de dar contenido al centro. Este modelo de gestión asociativa ha permitido remendar el tejido cultural vitoriano, tan hecho jirones, con la aguja y el hilo del Ayuntamiento, la Diputación y el Gobierno vasco. En concreto, ambas instituciones han destinado 200.000 euros a una iniciativa que ha despertado el interés en ciudades del entorno como San Sebastián, que han alabado el modelo.
Sin embargo, en el propio sector ya se reconoce que esta arcadia cultural feliz no puede ser eterna. La gestión colectiva de un gran recinto como el Iradier solo «tiene sentido en este contexto, en el de la pandemia», destaca Javier Sagastume, presidente de Kultura Bizia, que defiende que el Iradier es un «buen recinto, muy cómodo, con problemas acústicos, pero no tantos ni tan graves como se piensa».
¿El jazz en el iradier en 2022?
Precisamente el Festival de Jazz es la primera gran prueba de fuego que tendrá que superar el céntrico equipamiento en los próximos días. Los oídos más finos de Vitoria, los 'gourmets' de los decibelios arrugaron la nariz y levantaron una ceja cuando se presentó el Iradier como el escenario principal de la cita. Es un público exigente y purista. De hecho, da la sensación de que más de uno ya tiene preparada la reseña, metiendo el dedo hasta martillo y el yunque, sobre la deficiente sonoridad del espacio. «Hay que entender que este es un año especial, por el contexto de la pandemia», tercia Iñigo Zárate, el presidente de la cita musical, que promete a los fieles que «se hará todo lo posible para que el recinto suene lo mejor posible».
– ¿Imagina el Festival de Jazz de 2022 en el Iradier?
– Después de más de 40 años, nuestra casa es Mendizorroza.
– Pero, ¿de verdad ofrece un sonido tan excelso Mendizorroza? No deja de ser un polideportivo...
– No es el sitio más fácil de sonorizar, pero nuestros técnicos, que son de primerísimo orden mundial, lo conocen muy bien y logran conseguir el mejor sonido posible.
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