Álava lucha sin éxito contra niveles de absentismo de más del 30% en las instituciones

Según un informe de la empresa de recursos humanos Randstad, la tasa de este tipo de ausencias en Euskadi es del 8,4%. Y aunque los estudios de Adecco hablan de un 7,1% en el último trimestre del pasado año, sigue siendo de ñas más altas de España. De media, un vasco no acude a su puesto de trabajo casi 18 días al año, un dato similar en los tres territorios. Álava se coloca unas décimas por debajo, en segundo lugar y tras Bizkaia.

«¿Qué pasa? ¿Que los vascos tenemos peor salud que el resto o que las condiciones laborales son peores?», se plantea José Manuel Farto, doctor en Economía, ex asesor de CC OO y ex secretario de la patronal SEA. La respuesta a las tres cuestiones «es que no» y que «de hecho, gozamos de una calidad de vida superior a otras zonas de España», asegura. El economista trata de explicar esos datos. Cuenta que «hay teorías que hablan de que a mejores sueldos, más se valora el tiempo libre, para lo que sea, incluido cuidar» y remarca que «Álava tiene las mayores industrias de Euskadi y el mayor volumen de instituciones públicas, que es donde se dan las mejores condiciones laborales». Aquí aparece la idea generalizada de que los funcionarios arrojan un mayor saldo absentista y el primer problema a la hora de recopilar datos sobre el tema.

En el Ayuntamiento de Vitoria, de donde curiosamente salió el dato de la contrata de limpiezas, aseguran que «no disponemos de datos actualizados». Ni de la administración general ni de los organismos asociados. Pasa lo mismo, en Osakidetza o Educación, donde la última noticia sobre esto hay que buscarla en enero de 2022. Entonces el consejero vasco de Educación, Jokin Bildarratz, desveló que más de 800 profesionales docentes de la educación pública estaban de baja. La cantidad cuadruplicaba las cifras del curso anterior.

La Diputación sí ha aportado datos, tanto de su plantilla estructural como de Bomberos y del Instituto Foral de Bienestar Social (IFBS). Es en este último dónde la tasa se dispara, con un 20% de absentismo. «Es muy alta pero tiene una explicación. La mayoría de la plantilla (1.600 en total) tiene 54-55 años y el 70% de ellos se dedica a la atención directa en centros de día, residencia o viviendas, con el esfuerzo físico que eso implica», razonan desde el organismo.

Tanto las oficinas generales, con 965 trabajadores, como Bomberos, con 184 personas en la plantilla, arrojan datos de ausencias muy bajos. En el organismo de extinción de incendios, marcó un 4,5% en febrero, y entre la plantilla de administración, alcanzó el 4,94 % en enero. Allí cerraron 2022 con un 6,33%.

Las tablas facilitadas por la Diputación separan las bajas por accidente laboral de las que se encuadran dentro de las incapacidades temporales (IT). Dejan fuera los permisos por maternidad o los de cuidados. Y este es otro de los puntos complicados de abordar en este tema porque la realidad es que «ahora mismo no hay una definición clara de lo que es absentismo», reconocen desde el Consejo de Relaciones Laborales.

Para los sindicatos, «solo deberían estar dentro de esa definición los accidentes y las IT porque los otros son derechos de los trabajadores», argumenta Arantza Agote, delegada de Servicios Públicos de UGT. En el lado contrario, la patronal «incluye todo y claro las cifras se disparan», asume la sindicalista, que admite que aplicando esos factores «sí que estaríamos hablando de entre un 20-30% de absentismo en lo público».

José Manuel Farto, por su parte, recuerda que absentismo es cualquier ausencia de un trabajador de su puesto «y eso incluye todo». Así, «los datos de absentismo en los organismos públicos ubicados en Álava serían tres o cuatro veces más que ese 8,4% de media del que hablan dos datos generales de Euskadi».

«Son cifras inasumibles para cualquier empresa y mucho más para las arcas públicas. Es necesario que se actúe cuanto antes y ambas partes se sienten y lleguen a un acuerdo», urge el economista alavés, que reconoce que en tanto en las instituciones como en el privado «este es un tema tabú». Agote también lo admite. De hecho, -revela- «hay organismos como Osakidetza a los que les pedimos reiteradamente las cifras y cómo se han calculado y no nos las dan».

¿Y qué hay del sector privado? El territorio alberga las dos mayores empresas de Euskadi. Mercedes y Michelin suman unos 8.000 trabajadores. Oficialmente, la planta de la Avenida Huetos «no dispone de esos datos porque fluctuan mucho de un día para otro», pero en enero su ex director general Emilio Titos admitía en una entrevista concedida a EL CORREO que la cifra rondaba el 12%-14%.

Para Michelin las ausencias han sido su caballo de batalla durante años. Históricamente, las dos planta de la firma en Euskadi han duplicado el dato de absentismo laboral respecto a las ubicadas en Valladolid y Aranda de Duero. Fuentes de la factoría en Vitoria han reconocido que ahora «se sitúa alrededor del 10%» y que «ha bajado algo». No obstante, «sigue siendo un gran problema que supone enormes pérdidas económicas», apuntan las mismas fuentes. ¿La cuantía? Tan incierta como el propio término absentismo.