Ginger Rogers actuaba, era cómica, bailaba y cantaba. Hizo 73 películas en 40 años, ganó un Oscar, triunfó con sus musicales de Broadway y participó en varias series de televisión, pero lo cierto es que siempre será recordada por las diez películas que hizo con Fred Astaire.
La química entre ellos fue la clave del éxito; una magia que conseguían con su compenetración artística y sus sugerentes miradas hasta el punto de «hacer el amor bailando», según la crítica de la época. Pero ese fue todo el amor que hicieron, por mucho que la prensa sensacionalista se empeñase en emparejarlos.
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