Antonio López

"Si España no es mejor es porque somos tontos. Unos más que otros"

El gran pintor realista español ilustra la portada de este número especial de XLSemanal. Nada mejor que la sabiduría de sus 85 años para hacernos reflexionar sobre el país que queremos.

Domingo, 12 de Diciembre 2021, 01:15h

Tiempo de lectura: 4 min

El artista nos abre generosamente las puertas de su casa-estudio y nos cede en exclusiva una obra inédita, un cuadro que representa uno de los bloques temáticos de su obra: las flores. No se cansa de pintarlas. «Esto es como comer. Que a veces te

cansas, pero al día siguiente comes otra vez. Es algo que siento que tengo que pintar toda la vida», afirma el artista una tarde de noviembre.

Nuestra portada es el tercer cuadro que pintó de unas flores amarillas, llamadas 'noisette', durante una semana del pasado mes de mayo. Los otros dos lienzos se quedaron inacabados. «Hice tres y este fue el último. El tiempo ya era bueno, de primavera y lo hice en el porche, justo antes de la entrada de la casa, rodeado de mis esculturas», cuenta López mientras posa en el mismo lugar, pero ahora soportando el frío de otoño.

Las nuevas flores de Antonio López. Esta obra inédita del genio de Tomelloso ha ilustrado la portada del Especial Next Spain de XLSemanal. Se trata del último cuadro de flores que López ha pintado. «Lo hice en el porche –cuenta–, rodeado de mis esculturas». El cuadro conserva las líneas que el pintor utiliza para encajar los elementos.

Las flores simbolizan para el artista lo más hermoso del mundo de una manera intemporal y también recogen, para él, la fragilidad y lo efímero de la vida. «Son un saludo a la belleza, una expresión de la naturaleza muy hermosa. No te piden ni te exigen nada; simplemente se ofrecen a ti... si las quieres mirar. La vegetación que está cerca del hombre es la que nos puede salvar. Tendríamos que tener más en cuenta la naturaleza porque el hombre la está manejando con una capacidad destructiva como nunca había tenido antes», reflexiona.

"La España que hay no es la que quiero, pero es la que hay. Si no es mejor, es porque somos tontos. Unos más que otros"

Las flores amarillas de nuestra portada han sido las últimas que ha pintado. Son cuadros que le provocan tensión –«me ponen muy nervioso»– porque la brevedad de la vida de la flor le exige pintar con prisa. «No hay tiempo para corregir. Es lo que te salga a la primera», matiza. Empieza por dibujar a lápiz líneas verticales y horizontales, que equivalen para él a señales o referencias. «Son muy importantes para lograr la máxima exactitud de las formas. A partir de ahí voy incorporando el resto de los elementos del cuadro. Es como una cruz que hago en todos mis lienzos. A veces pinto encima y las señales quedan cubiertas por la capa de pintura, pero en un cuadro ligero como este las dejo a la vista porque no creo que dificulten la composición del cuadro», explica sobre su proceso creativo.

Pasión por las flores

López recuerda la primera vez que pintó un cuadro de flores. Tenía 17 años y fueron unos alhelíes en su Tomelloso natal. «Vi una obra de Van Gogh, cuando estudiaba, de una rama de almendro florecido en un vaso y aquello me abrió. Me di cuenta de toda la maravilla que puede ser una flor. Él me lo enseñó. Cuando miro las flores, me emocionan mucho; me siguen pareciendo algo de la naturaleza muy hipnótico y precioso, que expresa muchas cosas», relata el pintor.

También se fijó en las flores de Velázquez, su gran artista de cabecera, las que están al fondo del cuadro La infanta Margarita vestida de rosa. «Están pintadas como las podía haber pintado un pintor impresionista, velozmente. Sientes la fuerza», recalca. De nuestra época le gustan las de Morandi, «muy distintas de cómo las pintaba Velázquez. Las lleva a su terreno. Son flores de Morandi».

Sus flores de cabecera. Las flores de La infanta Margarita vestida de rosa, de Velázquez, son el referente de Antonio López. «Están pintadas como por un impresionista, velozmente. Sientes la fuerza –dice–. Pintar flores me pone nervioso porque la brevedad de su vida te exige trabajar con prisa».

Precisamente hoy viene de visitar la exposición del pintor italiano. «Hay que ver a Morandi porque al igual que en la pintura de Mari –María Moreno, su mujer, fallecida en 2020– está la bondad». Y añade: «La bondad, unida a la inteligencia, es lo supremo. En España necesitamos más personas así», afirma tajante.

Y ¿cuál es la España que quisiera Antonio López? «Pues la que hay... no la quiero, pero es la que hay. Si no es mejor, es porque somos tontos. Unos más que otros. El problema de tener malos gobernantes es que estamos todos en el mismo saco. Beneficia a los peores y es malo para los mejores», asegura.

Y repite una y otra vez lo mucho que el hombre está estropeando la tierra y su creciente poder manipulador. «Es capaz de desviar un río o de cambiar la hora. Una sociedad que adelanta o retrasa la hora es una sociedad que ¡no se está enterando de nada!», exclama.

Pero tiene motivos para ser positivo porque su trabajo le apasiona. Y hoy está especialmente contento. No le duele la espalda y ha visto terminado el primer relieve de bronce del encargo que recibió el año pasado para renovar las puertas de la catedral de Burgos. «Ya están todas las partes soldadas y me ha gustado mucho», subraya feliz. Ahora se dispone a preparar unos lienzos con su ayudante, Isidro. «¿Qué más puedo pedir?», concluye a modo de despedida.


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