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Operación rescate: cómo salvar al Rey León en Alicante

Un centro único en España

Operación rescate: cómo salvar al Rey León en Alicante

Fueron rescatados de un circo ambulante en Francia cuando ya llevaban al menos un mes encerrados en un carromato. Ahora se recuperan en un centro de Alicante especializado en este tipo de operaciones. Pero no será un proceso sencillo. Sus veterinarios nos cuentan cómo evolucionan y cómo lograrán que vuelvan a rugir.

Viernes, 03 de Enero 2025, 09:15h

Tiempo de lectura: 4 min

Degas ruge con toda la fiereza que le permiten sus pocos meses de vida. El pinchazo ha dolido y protesta hasta que la anestesia hace efecto y cae dormido. Este pequeño león nació el pasado verano en el lugar equivocado: un circo francés del que ha sido rescatado, junto con otras ocho crías y tres leones adultos, un macho de 18 años y dos hembras de 10 y 12 años.

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Primeros cuidados. Algunas de las crías rescatadas en diciembre. Llegaron nerviosas, sucias y cansadas tras un largo viaje de veinte horas desde Francia. Ahora se recuperan en Alicante, donde deberán guardar cuarentena durante algunas semanas.

La organización AAP se encargó de la operación de rescate con las autoridades francesas. «Sabemos que pasaron el último mes encerrados en un carromato», explica el veterinario Héctor Sanz mientras examina al pequeño Degas. Antes, los propietarios del circo los habían exhibido como reclamo, hasta que alguien dio la voz de alarma: la legislación francesa prohíbe desde hace un año la cría de animales en circos.

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Una gran familia. Hubo un primer intento de rescate en octubre, pero los responsables del circo francés se negaron a entregar las crías. A la derecha: Rubine, de 10 años, una de las dos madres recién rescatadas. Llegó famélica; una de las prioridades ahora es lograr que recupere peso.

Había que actuar rápido: «Existía un elevado riesgo de que los cachorros fueran vendidos a un comerciante italiano para sufragar los gastos de manutención del resto de los animales del circo», explican desde AAP, la organización europea de bienestar animal nacida en los Países Bajos hace más de cinco décadas que ha gestionado el rescate.

Los cachorros iban a ser vendidos a un comerciante italiano para pagar la manutención del circo

Desde hace 15 años cuenta con una sede en Villena (Alicante) llamada AAP Primadomus y han pasado por este refugio especializado en la rehabilitación de primates y grandes felinos más de 450 animales, provenientes del tráfico ilegal, de circos o de particulares que descubren que no era buena idea tener un macaco o un tigre en casa.

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Los fundadores. En los años sesenta, Okko y Riga Reussien —una pareja neerlandesa amante de los animales— acogió en su casa a un nervioso mono ardilla. Pronto fueron llegando otros primates y animales exóticos. Y en 1972 pusieron en marcha la Fundación AAP, inicialmente con sede en su propia casa.

Los primeros en llegar a la sede alicantina de la organización, en 2009, fueron un grupo de chimpancés y de macacos de cola de cerdo (la mismísima Jane Goodall acudió a la inauguración oficial). Los últimos, estos doce leones rescatados en Francia.

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Centro de rescate y rehabilitación. AAP cuenta con dos centros de rescate y rehabilitación especializados: este en Villena y otro en los Países Bajos. El centro de Alicante ocupa 29 hectáreas. Los animales se agrupan por especie, pero también por afinidad entre ellos.

En la actualidad, los recién llegados se encuentran en cuarentena. «Hay muchas crías con problemas. Una de ellas tiene una deformidad en la columna vertebral. Y todos vienen con parásitos», continúa explicando Héctor. Pasarán en las instalaciones de Villena al menos un año. Después se buscará un refugio adecuado para ellos, en un santuario, una reserva o una institución zoológica apropiada.

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Sin contacto humano. Un voluntario de AAP pesa la carne para uno de los felinos. Siguen una estricta política de no contacto con los animales: la convivencia con las personas es la causante de sus problemas. Crecen sin tratar con otros ejemplares de su especie y adquieren comportamientos desnaturalizados.

En las instalaciones de AAP, que ocupan 29 hectáreas de la sierra de Salinas (Alicante), viven chimpancés, macacos de Berbería llegados en su mayoría de Gibraltar, caracales (conocidos como 'linces africanos'), leones, tigres y un lémur de cola anillada. Sus orígenes son variopintos y, a menudo, dramáticos. Prudence, una hembra de chimpancé que llegó a la sede alicantina de AAP en 2009, fue rescatada en Bélgica: había pasado diez años encerrada en un sótano. Sulley, por su parte, es un pequeño cercopiteco de hocico azul, un primate rescatado en el aeropuerto de Alicante en 2017: había sido drogado y escondido en una maleta donde viajó desde África.

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Pausa en la jornada. Un equipo de voluntarios y trabajadores del centro toma un almuerzo a media mañana. La organización se financia con las aportaciones de socios y donantes, principalmente holandeses, aunque también españoles.

Se recuperó en las instalaciones de AAP y hoy vive en el ZooParc de Beauval, en Francia. A comienzos de 2022 llegaron cuatro leones y un licaón provenientes de Ucrania. Rescatados de casas particulares, un centro comercial o un prostíbulo, habían encontrado refugio en un centro de rescate cerca de Kiev, hasta que la guerra se acercó peligrosamente a ellos. Llegaron traumatizados por los ataques de drones. Hoy se encuentran a salvo.