Sus propietarios permanecen en el anonimato
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Sus propietarios permanecen en el anonimato
Viernes, 20 de Diciembre 2024, 09:40h
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Boulevard de París es una tela moderna. Los personajes visten con arreglo al último figurín, y la escena ocurre todos los días en cien sitios distintos en la capital de la vecina república». Así describía el pintor y político valenciano Augusto Comas y Blanco el lienzo de gran formato con el que Joaquín Sorolla ganó una Medalla de Segunda Clase en la Exposición Nacional de Bellas Artes de Madrid en 1890. Continuaba enumerando los personajes representados en la pintura, única en la obra de un pintor que centraba su trabajo en la luz del Mediterráneo: «El diplomático elegante, la jovencita que mendiga de mesa en mesa, el vendedor de periódicos y el bohemio desocupado, la mujer honrada y la mujerzuela…».
Durante 134 años hemos tenido que fiarnos de las palabras de Comas y Blanco: nadie sabía dónde estaba el cuadro. O si seguía existiendo. Hasta ahora. «Esta obra fue vendida en 1890 a un coleccionista privado y nadie sabía su paradero. Apareció de manera casual porque los propietarios quisieron hacer una valoración y conocer su estado», explica Consuelo Luca de Tena, comisaria de la exposición Sorolla, cien años de modernidad, que puede contemplarse en la Galería de las Colecciones Reales de Madrid (hasta el 16 de febrero). Fue Blanca Pons Sorolla, bisnieta del pintor y una de las mayores especialistas en su obra (y también comisaria de la muestra), la encargada de valorarlo.
Supo de inmediato que se encontraba ante un hecho insólito: la aparición de una pintura que durante más de un siglo había lucido la etiqueta 'paradero desconocido'. También supo que tenía que salir a la luz: «Hubo una campaña de asedio al propietario para que nos lo dejara para la exposición», dice Consuelo Luca de Tena, exdirectora del Museo Sorolla de Madrid (cerrado ahora por rehabilitación). Los actuales propietarios de Boulevard de París han optado por la discreción. «Nos dijeron cómo y cuándo había que recogerlo, sin darnos más que dos o tres pistas. No sabemos a qué familia pertenece», ha dicho Ana Cuevas, presidenta de Patrimonio Nacional, entidad responsable de las Galerías de las Colecciones Reales.
En cualquier caso, buceando en los archivos se puede deducir el nombre de su primer comprador: el doctor Rafael Cervera, amigo de Sorolla y coleccionista de monedas y obras de arte. Sabemos por los cuadernos de Clotilde García del Castillo, esposa del pintor, que Cervera adquirió el cuadro de Sorolla Costumbres valencianas en 1889 por un precio de 1000 pesetas. O un retrato suyo por 1500 pesetas (subastado en 2023 por 140.000 euros). Y también compró este Boulevard de París, desaparecido desde entonces y que ahora, por fin, sale a la luz. El mejor colofón para el Año Sorolla, que conmemora el centenario del nacimiento del genial artista levantino.