Dañinos 'memes'

Leo un delirante estudio evacuado por una universidad británica sobre los llamados 'memes', donde se afirma que son el instrumento predilecto de extremistas y partidarios de las «teorías conspirativas» para difundir su visión del mundo. Es una conclusión por completo desquiciada; pues lo cierto es que tales 'memes' son, sobre todo, una nueva modalidad de humorismo gráfico, que se emplea con las más diversas intenciones, casi siempre de carácter jocoso, aunque desde luego los hay también con una notoria (y hasta chillona) intención ideológica. Pero si se puede predicar una nota común de todos los 'memes' es su simpleza, que desde luego puede llegar a ser un tanto burda y maniquea; pero… ¿de veras la simpleza burda y maniquea puede presentarse como una amenaza social? En el estudio al que me refiero así se hace; de hecho, se trata de un estudio concebido para demostrar tal aserto. Para sus autores, los 'memes' propagan «creencias» perniciosas que deben ser señaladas, vigiladas, incluso perseguidas y censuradas, aunque no induzcan al delito; pues «crean un marco general de entendimiento» que se considera dañino.

En el susodicho estudio se refieren a diversos tipos de 'memes' que, a juicio de sus autores, contribuyen a la creación de ese 'marco de entendimiento dañino': así, por ejemplo, los 'memes' que enfrentan a dos tipos viriles (Soyjaks contra Chads) o los muy populares que retratan a un joven que camina de la mano con su novia mientras vuelve la cabeza al paso de otra mujer supuestamente más atractiva que ella. Según los autores del bodrio, tales 'memes' están contribuyendo a la difusión de ideologías peligrosas y captando a muchos ingenuos y despistados que no tardan en convertirse –por arte de abracadabra– en adeptos de esas mismas ideologías. Por supuesto, el estudio presenta estos 'memes' como un instrumento al servicio de la «desinformación» y el «pensamiento conspirativo» que debe ser combatido. Pero de esta labor censoria ya se encarga el tirano gigantesco; los autores del bodrio son tan sólo los mamporreros que allanan los designios del tirano.

En un mundo que no estuviese por completo desquiciado los autores de semejante bodrio habrían sido descalificados por paranoicos; o, utilizando las expresiones que ellos mismos emplean en su estudio, por «extremistas» y partidarios de las «teorías de la conspiración». Hace falta, en efecto, profesar ideas conspirativas y extremistas para atribuir a unos simples 'memes' tales efectos; pues ninguna persona con una organización neuronal superior a la ameba es tan permeable a un 'meme' como para que su contemplación lo empuje a profesar «creencias dañinas». Por otro lado, sobrecoge comprobar que quienes consideran que tales 'memes' deben ser combatidos se presenten como paladines de la democracia (aunque tal vez no debería sorprendernos, pues también se presentan como tales los que anulan elecciones cuando el resultado no les conviene). Supuestamente, una de las piedras angulares de la democracia es la libertad de opinión; pero ahora, de repente, estos tremendos defensores de la democracia consideran que determinadas opiniones generan «marcos de entendimiento dañinos».

¿Y cuáles son esos 'marcos de entendimiento dañinos'? Pues, naturalmente, aquellos que chocan contra el 'marco de entendimiento' que ha servido al tirano para modelar nuestras conciencias. Llaman 'desinformación' y 'pensamiento conspirativo' a toda forma de disidencia, aunque sea tan simplona y esquemática como la que se divulga a través de un 'meme'; llaman 'desinformación' y 'pensamiento conspirativo' a cualquier semilla o barrunto de verdad que pueda resquebrajar el trampantojo que han logrado imponer a las conciencias. Se trata, desde luego, de un «tirano gigantesco, colosal, universal, inmenso», como avizoró Donoso; pero es un tirano con los pies de barro al que debemos esforzarnos por derribar.