Llegan los ejecutivos psicodélicos Hongos alucinógenos en la oficina Se dispara la moda de tomar setas mágicas entre los directivos

Los retiros psicodélicos se han puesto de moda entre los altos ejecutivos. Son programas intensivos que incluyen presentaciones de PowerPoint sobre cómo mejorar las dotes de liderazgo, juegos de rol para fomentar el espíritu de equipo y el plato fuerte: una ceremonia que evoca los rituales de los chamanes y que incluye la ingesta de drogas alucinógenas. Todo ello por el bien de la empresa.

«Las setas mágicas nos pueden hacer mejores líderes», asegura Dmitri Achelrod, científico de datos y cofundador de Evolute Institute, una empresa alemana que se dedica a ofrecer este tipo de servicios a directivos. Se trata de una mezcla de terapia de grupo, meditación, charlas motivadoras y paseos por el bosque, aderezada con psilocibina, un potente alucinógeno. Nadie lo pone en su perfil de Linkedin, pero este tipo de experiencia empieza a normalizarse. Una encuesta realizada a 3150 directivos por el Instituto Karolinska de Estocolmo (que entrega los Premios Nobel) señala que el 18 por ciento dijo haber tomado psicodélicos.

La sustancia más habitual es la mencionada psilocibina, presente en unas 200 clases de setas, que provoca alteraciones visuales, cambios en la percepción y experiencias espirituales. Pero también se han popularizado el peyote, que se obtiene de un cactus y lleva mescalina (produce alucinaciones), y la ayahuasca, una bebida a base de un arbusto que contiene un alcaloide estimulante al que llaman 'la molécula de Dios'…

Saltarse la ley

Que el comercio de la psilocibina esté perseguido en la mayor parte del mundo no es un problema insalvable. Los ejecutivos europeos van a Holanda, donde es completamente legal. Y los norteamericanos viajan a Costa Rica, Jamaica y Perú. O recurren a una red de terapeutas que ejercen clandestinamente (aunque muchos se anuncian en las redes sociales). Estigmatizados por la medicina durante el último medio siglo, los psicodélicos se encuentran en medio de un repentino resurgimiento.

Oregón ha sido el primer Estado norteamericano en aprobar, en marzo, el consumo de la psilocibina en un entorno supervisado. No es que se haya legalizado la medicina psicodélica; la ley solo permite el uso controlado y bajo la atenta mirada de un cuidador que esté al quite por si el consumidor tiene un mal 'viaje'; pero no se puede utilizar la palabra 'terapia'. Y los usuarios no son pacientes, sino clientes.

En cuanto a España, los hongos están en un limbo normativo: se prohíbe la venta, pero se permite la posesión y el cultivo siempre que sea para uso personal y su consumo se realice en un lugar privado. Se organizan retiros (no específicamente para empresarios) en Alicante a partir de 1234 euros.

Conectar con el mundo interior

¿Pero qué buscan los ejecutivos que se apuntan a estos cursos? Jonathan de Potter, fundador de Behold Retreats, comenta en Fortune que «a menudo las personas más competitivas son las más desconectadas de su mundo interior y suelen arrastrar traumas». Los ejemplos abundan, como la difícil relación de Elon Musk con su padre o el acoso que sufrió Peter Thiel en el instituto.

Algunas investigaciones sugieren que la ayahuasca podría ser efectiva en el tratamiento del trastorno por estrés postraumático, ya que desbloquea los recuerdos reprimidos sin revivir la angustia asociada. Por su parte, Achelrod, del Evolute Institute, esboza otra teoría. Los compuestos psicodélicos afectarían a la red modal por defecto del cerebro (DMN, por sus siglas en inglés), un conjunto de regiones neuronales implicadas en el pensamiento autorreferencial y egoísta, del tipo «porque yo lo valgo», que favorece un estilo de liderazgo despótico, incompatible con los tiempos que corren. «Se ha demostrado que la psilocibina disminuye la actividad de la DMN, lo que contribuye a la capacidad para trabajar en equipo», concluye Achelrod.

De acuerdo con un estudio de la consultora Russell Reynolds, las competencias interpersonales se han convertido en la cualidad más buscada en los directivos. Se espera que ejerzan su papel con una empatía profunda, que sepan forjar equipos y que sean unos visionarios… Spencer Shulem, CEO de BuildBetter.ai, explica a The Wall Street Journal que toma LSD porque lo ayuda a concentrarse y pensar de manera más creativa. De esta forma, intenta estar a la altura de las altas expectativas de los inversores que lo financian. «No quieren una persona normal, una compañía normal. Quieren algo extraordinario. No naces extraordinario».

Un negocio de 7000 millones

¿Qué ha cambiado para que un movimiento contracultural como la psicodelia se convierta en tendencia? Varios factores. Uno es el ejemplo de Silicon Valley. Serguéi Brin, cofundador de Google, es un entusiasta. Steve Jobs, el difunto fundador de Apple, concedía gran importancia a sus experiencias con el LSD. Elon Musk toma ketamina, un anestésico con propiedades disociativas (la sensación de que el yo se separa del cuerpo).

Las microdosis para aumentar la creatividad (consumir una cantidad reducida de ciertas sustancias, de diez a veinte veces menor que la dosis habitual de uso recreativo) forman parte de la cultura de muchas start-ups... Algunas celebridades también han compartido sus experiencias, como Will Smith y sus viajes a Perú para tomar ayahuasca, y Gwyneth Paltrow, que habla maravillas de la ibogaína, un arbusto africano que se usa en terapias alternativas para superar las adicciones.

El capital riesgo también ha entrado en escena. Tras haber apostado por el cannabis medicinal, ahora lo hace por las nuevas terapias basadas en psicodélicos que ya se prueban en Estados Unidos, Canadá o Reino Unido, donde el Imperial College fundó en 2021 el primer centro dedicado en exclusiva a estas investigaciones. Se estima que el mercado global para tratamientos basados en drogas psicodélicas podría alcanzar 7600 millones de dólares para el año 2028.

«Yo tenía diagnosticadas depresión, ansiedad crónica y estrés postraumático. Pero cumplía con mi trabajo, tenía mis relaciones y algunas aficiones, aunque padecía una profunda soledad y una tremenda decepción con lo que me había ido encontrando en la vida y las decisiones que había ido tomando», cuenta el catalán Albert Casasayas, doctor en Literatura Comparada por la Universidad de Harvard y profesor en la Universidad de Santa Clara (California). Casasayas relata su propia vivencia en Luces y sombras del renacimiento psicodélico (Ulises), desde su primer viaje en marzo de 2021.

En total, ocho experiencias con psilocibina y otras sustancias. «Casi todas positivas, algunas simplemente interesantes y otras reveladoras». ¿Han valido para algo? «He notado un descenso en síntomas depresivos (aunque no han desaparecido). Ya no soy tan duro conmigo mismo...».

No exentos de peligro

«Hay un cambio de paradigma. Pero necesitamos ir despacio. Existen riesgos de los que muchos nuevos 'conversos' no son conscientes», comenta Collin Reiff, profesor de Psiquiatría de la Universidad de Nueva York. Nora Volkow, directora del Instituto Nacional de Drogas de Estados Unidos, considera que los psicodélicos son menos tóxicos que otras sustancias, pero advierte sobre los peligros asociados a una dosificación inadecuada o a su uso por parte de personas con un historial de psicosis o esquizofrenia, quienes podrían sufrir brotes, así como en aquellos con problemas cardiacos.

El 1,4 por ciento de los que los toman experimenta alucinaciones persistentes durante años. Y en Estados Unidos se juzga por estos días a un piloto que quiso apagar los motores de un avión en pleno vuelo. Ha confesado que tomó setas alucinógenas dos días antes del incidente y que no había dormido en cuarenta horas. Su mal 'viaje' estuvo a punto de convertirse en el último viaje de los 83 pasajeros.

Así es un retiro psicodélico para ejecutivos

Evolute Institute organiza retiros de cuatro días para ejecutivos en Holanda, donde es legal consumir psilocibina. Los interesados pasan antes por varias entrevistas a través de video-conferencia con psicólogos y médicos para excluir a candidatos de riesgo. Solo entonces se los informa sobre las tarifas (de miles de euros). Los participantes conviven en un entorno natural. En vez de en una sala de conferencias, las actividades se realizan en un espacio acondicionado con cojines de yoga, mantas, incienso... El programa incluye 'tecnologías mentales': meditación, coaching, ejercicios respiratorios, terapia de grupo… Y culmina con la ceremonia de la ingesta de setas mágicas, acompañados de cuidadores del 'viaje' (tripsitters), que dura varias horas y suele producir alucinaciones y estados alterados de la conciencia, como la sensación de abandonar el propio cuerpo. Algunos experimentan intensas reacciones físicas y emocionales: corren, jadean, sollozan… Otros vomitan; es una purga del cuerpo y la mente. Después del retiro, un mentor sigue en contacto con cada participante durante meses para comprobar su evolución.