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Los Murdaugh Arranca un juicio que supera cualquier ficción La increíble historia criminal de una familia 'normal'

Un ama de llaves que se precipita por una escalera, una joven ahogada, un chico gay muerto en un arcén, una madre y un hijo acribillados a balazos y un suicidio asistido... por un asesino a sueldo. Los crímenes sufridos y/o perpetrados por la familia Murdaugh en Carolina del Sur compiten con la más rocambolesca serie de True crime. Acaba de empezar el juicio.

Jueves, 17 de Marzo 2022

Tiempo de lectura: 7 min

Dos de ellos, la madre y el hijo menor, fueron brutalmente asesinados. Otro de ellos, el padre, fingió su asesinato. Y el otro miembro de la respetable familia Murdaugh, el hijo mayor, o está involucrado o, si no lo está, debe ser el hombre más asombrado y apenado del mundo. Porque su madre y su hermano, además de muertos, están implicados en la muerte de, al menos, otras tres personas y su padre es sospechoso del asesinato de su mujer y de su hijo. No hay serie de True crime en la que quepan tantos homicidios... de una familia 'normal'.

Bueno, los Murdaugh —cuyo apellido se pronuncia muy parecido a murder, 'asesinato' en inglés) no son solo una familia 'normal,' sino lo que se considera una familia afortunada, con dinero, éxito y un apellido sureño 'con solera', el de una saga que ha ocupado durante generaciones los principales puestos de la Fiscalía y la abogacía en el condado de Hampton, Carolina del Sur. Alex Murdaugh, el padre, de 53 años, era hasta hace poco un prominente abogado.

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El hijo problemático y la chica ahogada. En febrero de 2019, Paul Murdaugh, de 19 años, pilotaba un barco de la familia en estado de embriaguez y chocó contra el pilar de un puente. Como consecuencia de la colisión, que se produjo de madrugada, Mallory Beach, la novia de un amigo que iba en el barco, cayó al agua y murió ahogada. Paul murió asesinado dos años después.

El destino de los Murdaugh comenzó a torcerse el 23 de febrero de 2019, cuando Mallory Beach, una joven de 19 años, murió ahogada tras colisionar el barco en el que viajaba contra el pilar de un puente de Archers Creek. Paul Murdaugh, también de 19 años, pilotaba el barco bajo los efectos del alcohol. Paul, su novia y otras dos parejas de jóvenes amigos se dirigían a una fiesta. Aunque, en realidad, la fiesta para ellos había empezado horas antes comprando alcohol ilegalmente (con el carnet del hermano mayor de Paul). Sobre las 2.20 de la madrugada, después de un enfrentamiento con su novia, Paul aceleró desmesuradamente y Mallory, que estaba sobre el regazo de su novio cayó al agua. El cuerpo de Mallory no apareció hasta una semana después a cinco kilómetros de distancia.

La madre y el hijo pequeño fueron acribillados a balazos. Los cadáveres los encontró el padre que llamó sollozando a emergencias

Los Murdaugh se apresuraron a encubrir a su hijo, aunque un análisis de sangre reveló que el joven triplicaba el límite legal de alcohol. El 18 de abril de 2019, Paul fue acusado de «navegar bajo los efectos del alcohol», causando la muerte de Mallory e hiriendo a otras personas. Negó los cargos y quedó en libertad a la espera de juicio.

Paul, que ya tenía fama de pequeño psicópata entre los vecinos, por su afición desde niño a torturar animales y las broncas que montaba de adolescente, desarrolló a partir de entonces un comportamiento cada vez más errático y violento, aderezado por el consumo de alcohol y drogas. Hasta que lo mataron.

Él y su madre, Maggie, de 52 años, fueron asesinados a tiros en su casa el 7 de junio de 2021. Los cuerpos los encontró el padre, Alex Murdaugh, que llamó entre sollozos a emergencias. Al chico le habían disparado con una escopeta, a la mujer con un rifle de asalto. A día de hoy sigue sin saberse qué paso aunque el padre está siendo juzgado ahora por este crimen.

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La asistenta que se cayó por las escaleras. Gloria Satterfield, de 57 años (en la imagen de la izquierda), trabajaba desde hacía muchos años como asistenta en la casa del matrimonio Murdaugh, Maggie y Alex (a la derecha). En febrero de 2018 Gloria se cayó por las escaleras y falleció unos días después como consecuencia del golpe en la cabeza. En la casa en aquel momento estaban Maggie y su hijo menor, Paul. El caso quedó registrado como 'accidente', hasta que cuatro millones de dólares de la indemnización del seguro destinados a los hijos de la asistenta, se 'evaporaron'...

Los 'accidentes' sospechosos

Los asesinatos de la madre y del hijo menor de los Murdaugh despertaron el lógico interés de la prensa y pronto el foco acabó puesto en dos muertes anteriores, que también habían tenido lugar en el entorno de la familia. La primera, la de su empleada del hogar, Gloria Satterfield. El  26 de febrero de 2018, la fiel ama de llaves de los Murdaugh había muerto tras caer por las escaleras de la casa de campo. Sufrió una lesión en la cabeza y murió tres semanas después; nunca recuperó la conciencia. Las heridas coincidían con la caída y no habría nada sospechoso de no ser porque la indemnización del seguro de los Murdaugh, como propietarios de la casa donde tuvo lugar el accidente, alcanzó la asombrosa cantidad de 4,3 millones de dólares. Y ese dinero nunca llegó a los hijos de la ama de llaves.

¿Se cayó Satterfield, una mujer activa de 57 años, o la empujaron? Las dos únicas personas que lo saben están muertas: Maggie y Paul Murdaugh. Ellos estaban en casa con la asistenta y ellos avisaron a emergencias aquella mañana. En la llamada al 911 no especificaron cómo se había producido el accidente, pero Alex Murdaugh, el patriarca de la familia, contó luego que Satterfield había tropezado con sus dos perros de caza. Recurriendo a su experiencia legal, Murdaugh supuestamente sugirió que los dos hijos de Satterfield demandaran a su compañía de seguros. Como propietario de la casa, Murdaugh asumió la responsabilidad y negoció con la aseguradora un acuerdo monetario que, en principio, iba a destinarse a los huérfanos. Tras meses de evasivas, Murdaugh declaró una indemnización de medio millón de dólares para la familia de Satterfield. Pero esa cantidad, se supo tras los asesinatos de su mujer y su hijo, era solo el primer pago de un total de 4,3 millones, dinero que 'desapareció' a través de una empresa 'tapadera'.

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Cara y cruz de una 'familia bien'. Los Murdaugh disfrutaban de una apacible vida y el matrimonio no daba muestras de tener problemas conyugales. Cuando Maggie y el menor de sus hijos, Paul, fueron asesinados, el marido, Alex, fue interrogad y descartado enseguida como sospechoso por la policía. Fue su posterior intento de fingir su propio asesinato lo que ha reabierto la investigación y ha mostrado una cara distinta del patriarca (a la izda., en la foto de su detención).

Y un extraño accidente llevó a otro... con el nombre de los Murdaugh también implicado. En junio de 2015 el cuerpo sin vida de Stephen Smith, un joven de 19 años, apareció tirado en una carretera comarcal. Su coche se había quedado sin gasolina y, presuntamente, caminaba a casa de madrugada. Todo apuntaba a un atropello. Pero no había evidencias de ese tipo de incidente, como fragmentos de cristal, abrasiones, ropa rasgada... Solo un golpe mortal en la cabeza. Hasta el día de hoy sigue siendo un caso sin resolver, pero se reabrió la investigación tras el asesinato de Paul y Maggie. ¿Por qué? La policía recibió varias llamadas en los días posteriores a la muerte de Stephen implicando a los Murdaugh , aunque no dejaban de ser rumores.

Todo apuntaba a un atropello. Pero no había fragmentos de cristal, abrasiones, ropa rasgada... Solo un golpe mortal en la cabeza. Hasta hoy sigue siendo un caso sin resolver

Llamadas anónimas sugerían que Paul Murdaugh, aunque solo tenía 16 años, podría haber estado involucrado. ¿La causa? Un crimen homófobo. La madre de Stephen está seguro de que lo mataron por ser gay. Aunque aclara que ella no señala a los Murdaugh, ha contado que, extrañamente, la misma mañana en que fue a identificar el cadáver de su hijo, se cruzó con Alex Murdaugh al borde de la carretera donde murió.

El suicidio asistido... por un sicario

Pero aún hay más. Porque lo más extraño estaba por llegar. El 4 de septiembre pasado, Alex Murdaugh recibió un disparo en la cabeza. Sufrió una pequeña hemorragia cerebral, pero las heridas no eran graves. Murdaugh reconoció más tarde haber pedido a un pariente lejano que actuara como sicario. Quería que su muerte pareciera un asesinato y no un suicidio para que su hijo superviviente, Burster, de 25 años, pudiera acceder al seguro de vida de 10 millones de dólares. Murdaugh ha sido acusado de denuncia policial falsa y de intento de fraude al seguro. «Mi mundo se derrumbaba —explicó Murdaugh en el juicio—: tomé una decisión terrible de la que me arrepiento y de la que, francamente, me avergüenzo».

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Los supervivientes. Richard Alexander Murdaugh, llamado Buster, de 25 años, es el hijo superviviente y heredero de lo que quede de la fortuna familiar, si queda algo. Buster, de momento, no aparece implicado en los crímenes en los que sí está envuelto su padre, en la actualidad en prisión sin fianza a la espera de que terminen las investigaciones de los múltiples delitos financieros de los que se lo acusa.

El presunto asesino a sueldo niega la versión de Murdaugh padre y asegura que lo único que hizo fue intentar arrebatarle el arma cuando se disparó. Pero ninguno de los dos ha explicado por qué Murdaugh supuestamente le pagó casi 2 millones de dólares durante seis años en 17 pagos emitidos en cheques difíciles de rastrear.

¿Para qué eran? Nadie lo sabe todavía. Pero los escándalos no dejan de aflorar. Nuevas acusaciones apuntan a que Murdaugh se apropió del dinero de numerosos acuerdos a los que llegó como abogado cuando representaba a gente que había sufrido accidentes o tenía graves lesiones. El patriarca de la familia está ahora en la cárcel y se enfrenta a decenas de cargos por delitos financieros, mientras se investigan de nuevo los asesinatos.

Sobre el hijo superviviente, Buster, de 25 años, se sabe poco. La última vez que se lo vio, según The Daily Mail, fue el año pasado en un casino en Las Vegas y, poco después, en la casa de vacaciones de la familia en la isla Ediso, en Carolina del Sur. La otra casa de campo, ubicada en una enorme finca de caza, donde fueron asesinados su madre y su hermano y donde sufrió el accidente mortal la ama de llaves, se acaba de poner a la venta por 3,9 millones de dólares. No parece que vaya a ser suficiente para pagar la defensa de su padre, que, en cualquier caso, está encarcelado sin posibilidad de fianza.


Etiquetas: asesinos en serie