Miryam Gallego: «Soy más débil que Lucrecia»

'Águila Roja' despide esta noche (La 1, a las 22.30 horas) su quinta temporada con una generosa audiencia media de 4,5 millones de espectadores. Y lo hace con un capítulo que cierra algunas tramas y en el que se producirá el esperado regreso de Lucrecia, la marquesa. Miryam Gallego (Orense, 1976) se ausentó de la serie por una baja maternal y vuelve a la ficción precisamente de parto

- La marquesa regresa en la cuerda floja.

- Y, además, de parto. Está en riesgo la vida de su bebé, que también es el del rey, y la suya. Si es complicado en 2013 imagínate lo que tenía que ser en el siglo XVII. Por suerte, ella acudirá a una persona de confianza, a Catalina.

- ¿Va a ajustar cuentas con Sagrario y su hijo?

- (Imitando a la marquesa) Por supuesto, por supuesto. Ella considera que le han usurpado lo que es suyo y en cuanto ponga un pie en palacio defenderá con uñas y dientes lo que le ha costado tanto conseguir. Ella, al fin y al cabo, viene del mismo sitio que Sagrario (Loles León), y cuando has peleado mucho en la vida por llegar a una escala social no es plato de gusto que te lo arrebaten.

- Más en una época en la que el estatus lo era todo...

- Y lo sigue siendo hoy día, no creo que hayamos avanzado tanto. Las diferencias sociales eran muy elevadas. Como en la actualidad. La clase media está más abajo y los ricos cada vez más arriba.

- Su personaje cada vez tiene más matices.

- Al principio Lucrecia iba a ser como una guinda que aparece en determinados episodios, un personaje misterioso. Poco a poco se ha ido construyendo. De ser maquiavélica, irónica y de pasar simplemente de puntillas, se ha ido convirtiendo en un personaje muy sufridor, más empático con el público porque se le ha visto su debilidad.

- ¿Ya ha leído los guiones de la sexta temporada?

- Por ahora he leído tres. Va a haber un cambio en la marquesa que para mí es lo más interesante de todos los guiones de estos seis años. Pero tampoco sé la evolución que va a tomar este giro, es muy arriesgado. Veremos a una marquesa más inteligente.

- ¿En que se parece a usted?

- En general en nada, pero me encantaría tener muchas de sus cualidades. A ella la pisotean y se levanta renacida. Miryam no es así, ojalá yo tuviera esa valentía y coraje, pero soy más débil.

- ¿El público tiene cariño a los malos?

- Les tiene muchísimo respeto. Me dicen que conectan con la marquesa, que sufren con ella. Evidentemente es la mala de la película, pero a mí me pasaba con Angela Channing ('Falcon Crest') que quería ser como ella.

- ¿Asoman los brotes verdes por donde se mueve usted?

- Aquí no se ven. Mis compañeros están muy mal, hace un momento estaba hablando con una amiga que tiene una trayectoria parecida a la mía y acaba de dejar la profesión entre lágrimas. Es espantoso porque hemos luchado desde pequeñas por ser actrices.

- ¿Y si sus hijos quieren seguir los pasos de la madre?

- El problema es que mi hija mayor ya me lo ha dicho. Tiene solo 10 años y apunta mucho hacia este oficio. Ve que su mamá llora mucho y lo único que le digo es que tiene que luchar por descubrir su sitio en el mundo. Si ella decide ir por este camino yo la voy a apoyar a muerte.