
E. C.
Jueves, 19 de abril 2012, 13:59
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Las imágenes de las descargas eléctricas aplicadas a un joven autista en una escuela especial de EE UU han desatado una fuerte polémica en el país, coincidiendo con el juicio sobre el caso que se celebra en Massachusetts. El psicólogo James Riley, que en 2002 trataba al joven Andre McCollins en el centro especial Judge Rotenberg, donde sigue trabajando, declaró ayer por segundo día en el juicio iniciado por la madre del chico, Cheryl McCollins.
Los miembros del jurado vieron ayer el vídeo, redifundido por las televisiones locales, en las que se aprecia cómo el joven, que parece normalmente sentado en un aula de la institución se derrumba de su silla tras recibir una descarga de un empleado situado a su espalda.
Por no quitarse la chaqueta
Riley argumentó que los empleados del centro «buscaban proteger a todos, tanto a Andre como a las otras personas que estaban en el aula. Procuraron inmovilizarle para impedir un comportamiento que era realmente muy peligroso para todos», aseguró.
El Centro Rotenberg ha indicado que usó choques eléctricos con McCollins porque todos los otros tratamientos, incluidos los medicamentos, no daban ya resultado. Frente a ello, McCollins ha asegurado que las 31 descargas que recibió ese día su hijo, junto con las horas que permaneció amarrado, le dejaron daños permanentes, por lo que inició la demanda contra Riley, el centro y otros médicos.
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Riley sostuvo para justificar el tratamiento que McCollins primero se negó a quitarse la chaqueta en el aula.«¿Le preguntó a Andre por qué no quería quitarse la chaqueta esa mañana?», le preguntó el abogado Ben Novotny, que representa a McCollins. El psicólogo admitió que no lo había preguntado, ni sabía por qué McCormic no se quería quitar la chaqueta. Añadió que él no estaba presente cuando ocurrió el incidente, pero tiene la información de que el comportamiento 'contumaz' de Andre había comenzado antes de llegar al aula. La defensa del Centro Rotenberg se sustenta en que los choques eléctricos formaba parte de una terapia aprobada por un tribunal.
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