SARA DÍAZ
Sábado, 23 de julio 2011, 04:38
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Nació en Logroño, el 24 de octubre de 1926, en lo que entonces era una ciudad con poco más de 45.000 habitantes. Oprimido por la educación de los colegios religiosos de aquella época, Rafael Azcona encontró un trabajo a los catorce años como mancebo de botica y en una fábrica de caramelos. Su formación como escritor nació en la biblioteca cuando ésta se encontraba en la calle Sagasta, y ahí pasaba el tiempo leyendo a sus escritores preferidos, Pío Baroja, Benito Pérez Galdós o Ramón María del Valle-Inclán, como él mismo decía «aprendí a escribir leyendo». En 1950 se marchó a Madrid, y ahí pudo mostrar al público su talento empezando por su trabajo en la ingeniosa revista 'La codorniz'.
Ahora, el Grupo Filatélico y Numismática ha organizado en la Biblioteca de La Rioja una exposición donde muestra no sólo la faceta más conocida de Azcona como guionista y novelista, sino también algunos de sus primeros escritos, como un texto publicado en la revista 'Rioja Industrial' titulado 'Piropito a Logroño', o sus poemas para la revista logroñesa 'El coral', entre 1950 y 1955, y cuyas fuentes de inspiración eran Juan Ramón Jiménez o Antonio Machado.
El Grupo Filatélico y Numismática quiere enseñar también el sello dedicado a la figura del escritor del que se editarán 300.000 ejemplares. Asimismo, se exhiben dos colecciones filatélicas, una de ellas lleva el título de 'Rafael Azcona' colección de Luis Ángel García, y la segunda 'Historia del cine', propiedad de Carme Font Feixas.
Esta exposición quiere recordar y homenajear al meritorio escritor y lo hace en una sala que recorre su trayectoria profesional a través de sus distintas obras junto a información adicional sobre la historia del séptimo arte. En ella hay veinticuatro carteles de sus obras cinematográficas como 'El verdugo' dirigida por Luis García Berlanga, en la que se muestra entre la tragedia y la comedia la controversia de la pena de muerte, como él decía «aprendí a reírme de las cosas tristes», deleitando así al público con otras obras como ' Los ilusos', 'El cochecito' o 'Los europeos'. También forman esta exposición cuatro vitrinas que guardan algunas ediciones de sus guiones como 'Los girasoles ciegos', 'Esperpentos' o 'La niña de tus ojos', de sus novelas 'Los ilusos', 'El repelente niño Vicente' o 'El pisito', y estudios realizados sobre el autor.
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Pendiente desde 1958
El talento de este escritor ha sido reconocido en numerosas ocasiones, obtuvo el Premio Nacional de Cinematografía en 1982 y siete Goyas, entre los que consta el de Honor en 1997. Hace tres años que murió, sin embargo, dentro de poco el público podrá volver a disfrutar de una de sus obras, 'Los muertos no se tocan, nene'. Esta novela que se ubica en el Logroño de finales de los años cincuenta, cierra una trilogía junto a 'El cochecito' y 'El pisito', iniciada en 1958, que, desafortunadamente, no se pudo llevar a la gran pantalla debido a la censura que imperaba en la época.
Cincuenta y tres años después, José Luis García Sánchez y David Trueba, en colaboración con Bernardo Sánchez han retomado el proyecto asegurando que respetarán el esquema de aquellas inolvidables comedias. La película se gravó este invierno pasado, y llegará a las cartelas en octubre, lo que será la primera publicación póstuma.
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