
JUAN PABLO MARTÍN
Domingo, 27 de marzo 2011, 05:21
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Medio año después de aquel final tan convulso de la Bandera de La Concha, la justicia ha tomado cartas en el asunto. Aquellas polémicas declaraciones del técnico de Kaiku, José Luis Korta, en las que acusaba a Urdaibai, vencedor de la regata, del posible uso de sustancias prohibidas han tenido las primeras consecuencias. La fiscalía decidió entonces investigar lo afirmado por el técnico del club de la margen izquierda, y ayer se conoció que imputará a cinco miembros del club de Bermeo -entre los que no hay remeros- por un delito de dopaje. Según informó el periódico 'El Mundo', el juzgado número 2 de Gernika ha abierto diligencias tras una denuncia que aportaría indicios de que los inculpados compraron diversas sustancias prohibidas en el código antidopaje.
Entre las actuaciones efectuadas para recabar datos, la fiscalía tomó testimonio a Korta. La investigación abarca otros campos como el rastreo de las compras del club de remo Urdaibai en algunas farmacias de fuera de la provincia y a través de internet.
Para ello, los investigadores recurrieron a los listados de farmacias que el año pasado obtuvieron sustancias anabolizantes de los mayoristas farmacéuticos, y descubrieron que había tres establecimientos en los que los miembros del club habían comprado. La fiscalía también sospecha de la forma de adquisición de los productos porque se efectuaron «en farmacias y empresas alejadas de la población y, en algunos de los supuestos, de la provincia donde se realiza la actividad deportiva como la mayor parte de la competición», destaca periódico madrileño.
En julio y agosto de 2010
Entre los productos adquiridos durante los meses de julio y agosto de 2010, había ansiolíticos -Sintonal- y vasodilatadores -Nootroopil-, además de unidades de Mariposa Vebefix, usado como utensilio médico para la administración intravenosa, «método prohibido según la agencia estatal antidopaje y para cuyo uso el club no tiene concedida autorización de uso terapéutico», añade el rotativo. En la investigación también se constata que existía vinculación familiar entre el titular de una de las farmacias con uno de los cinco imputados y que, entre los productos vendidos, aparecen envases de Efredrina con recetas expedidas por médicos sin aparente vinculación con el club.
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En sus conclusiones, la fiscalía considera que los denunciados «conocen la condición de deportistas de los consumidores y el carácter prohibido de las sustancias». Además, estima que existe delito «al no haber sido específicamente prescritas por un facultativo especialista y al no padecer los remeros una dolencia previa y analíticamente constatada». Según la Ley Antipopaje en vigor, los imputados podrían enfrentarse a una condena de seis meses a dos años de cárcel.
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