Los adjudicatarios se pusieron ayer al día para comenzar a trabajar sus huertos lúdicos. :: M. D.
DURANGO

Enamorados de los huertos ecológicos

Una treintena de iurretarras inauguraron ayer las parcelas que ha dispuesto el Consistorio como «terapia ocupacional sostenible»

MANUELA DÍAZ

Martes, 15 de febrero 2011, 03:44

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Apasionados de los sabores que retrotraen al pasado, adictos de los tomates del huerto del abuelo y enamorados de los guisantes que preparaba la amatxu recién extraídos de la mata. La treintena de adjudicatarios de las huertas lúdicas de Iurreta se dieron cita ayer en sus parcelas para inaugurar la iniciativa coincidiendo con el día de San Valentín. Todos ellos se declararon abiertamente enamorados de los huertos ecológicos.

Volver al sabor de antes. Eso es lo que pretende Iñaki Sánchez. Así explica este joven de 33 años la tarea que a partir de ahora ocupará su tiempo libre. «Mi padre ha tenido huerta toda la vida y me apetecía cultivar mis propias hortalizas porque no tienen color con las que compras por ahí», asegura. El objetivo es cultivar productos de temporada «como lo hacían nuestro abuelos» con abonos naturales y más tiempo de maduración para lograr más sabor, advertía Ramón Cearreta, responsable del proyecto y propietario de Lur2000. Ayer presentó a los adjudicatarios sus huertas y los aperos de labranza que, cedidos por el Ayuntamiento, podrán utilizar en las instalaciones de Iturburu. «A estas azadas hay que desgastarlas el mango», bromeaba.

Cearreta se encargarán de asesorar en el cultivo, control fitosanitario y abonos, a los nuevos adjudicatarios de los terrenos que ya habían sido aireados y abonados con cal. La iniciativa, promovida por la Asociación de Desarrollo Rural de Urkiola, es una «terapia ocupacional sostenible». En este sentido se han reservado dos parcelas para los escolares del municipio que descubrirán a pie de campo el crecimiento de las plantas y el cultivo de hortalizas. Además, será un cultivo con abonos naturales y se instalarán aparcamientos para bicicletas con la intención de que los usuarios eviten venir en coche.

«Una gran oportunidad»

«Me he criado en el campo y mi padre tenía huerta, pero desde que dejara el pueblo para venir a Euskadi hace 40 años nunca tuve tiempo para dedicarlo a una huerta entre el trabajo y el deporte», cuenta Justo Pereda mientras su cara irradia felicidad y nostalgia. Ahora, jubilado y animado por sus hijos, es uno de los propietarios de una de las 42 parcelas ubicadas en la campa de Iturburu. De momento plantará habas y guisantes, «productos para casa y de temporada», señala a sus 68 años.

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Le echará una mano su yerno Carlos Piernavieja, de 39 años, se encargará del «trabajo más duro». Aprendiz en este mundillo, es otro enamorado de la huerta y los productos ecológicos. «Saber lo que comes, que lo estás cultivando tú y que no están echando ningún pesticida, es una gran oportunidad», advierte ilusionado.

Después de 40 años a cargo de una huerta en terrenos anexos a la antigua sede de ETB, Juan García perdió este espacio por las obras de ampliación en la autopista. «Era un sitio privilegiado, tenía bomba de extracción de agua, un motocultor y hasta conejos, pero todo se fue a hacer gárgaras», lamenta este experto horticultor de 72 años que agradece a su vez la oportunidad que le ha brindado el Ayuntamiento para volver a disfrutar de su mayor pasión.

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Su parcela está ubicadas en los extremos de la finca, por lo tendrá que hacer un esfuerzo extra para llevar el agua, pero eso no lo considera impedimento para dar vida a su porción de tierra. De momento, sembrará cebolla roja, guisantes, habas, pimientos, tomates, calabazas y todo lo que venga. «Menos lechuga», porque «no merece la pena» por las plagas y los caracoles.

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