El proyecto Tabakalera permanece paralizado desde el pasado mes de mayo. :: MICHELENA
CULTURA

Tabakalera buscará nuevos socios y reducir el gasto corriente para ser viable

Las tres instituciones responsables del futuro centro cultural ultiman el documento que redefinirá el proyecto, paralizado desde mayo por su alto coste

ALBERTO MOYANO

Domingo, 28 de noviembre 2010, 03:45

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Tabakalera vuelve a estar en agenda. Cuando falta poco para cumplirse el plazo que las tres instituciones impulsoras -Gobierno Vasco, Diputación de Guipúzcoa y Ayuntamiento de San Sebastián- se dieron en mayo para redimensionar el proyecto, el futuro Centro Internacional de Cultura Contemporánea (CICC) está a punto de contar de nuevo con un plan de contenidos. De hecho, las tres partes confían en cerrar antes de mediados de diciembre el documento base que recogerá las líneas maestras que determinarán su diseño y funcionamiento.

El objetivo número uno pasa por reducir el coste global de la operación, que contemplaba un desembolso inicial de 75 millones de euros para acometer la obra de remodelación de la antigua fábrica de tabacos. Dado que más del 50% de esta cantidad se destinará a la ineludible recimentación del edificio, este apartado solo admitirá un recorte cercano a los 5 millones, según el concejal de Cultura, Denis Itxaso, y el viceconsejero de Cultura, Antonio Rivera.

De ahí que los tres socios hayan centrado sus esfuerzos en limar parte de los quince millones de euros que cada año deberían aportar en conjunto para hacer frente a los gastos corrientes. Esa cifra es considerada a día de hoy como inasumible, así que en el nuevo documento base establece un tope cercano a los tres millones de euros por cabeza. La cifra final está aún por concretar, y es aquí donde estriban algunos de los últimos flecos por cerrar, ya que mientras algunas instituciones trasladarán a Tabakalera servicios propios con su correspondiente presupuesto, otras, como el Gobierno Vasco, deberán crear una nueva partida presupuestaria para cubrir su parte.

Es en este punto donde entra en juego la segunda de las grandes aportaciones del proyecto que está a punto de ver la luz: la implicación de nuevos socios, como la Kutxa, entidad a la que se le ha propuesto trasladar su sala Kubo, actualmente ubicada en el Kursaal, a Tabakalera. Kutxa aseguró a principios de mes que no ha habido contactos para negociar el traslado y que, en cualquier caso, se reservaría siempre su gestión. A este respecto, las instituciones están de acuerdo en que la programación de esa hipotética sala tendría que mantener una sintonía temática con el resto de las actividades de Tabakalera.

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Otra de las opciones estudiadas se refiere a la apertura en la antigua fábrica de tabacos de una Escuela Superior de Medios Digitales, Medios Audiovisuales y Medios Interactivos. Esta posibilidad, lanzada por el Ayuntamiento y contemplada con buenos ojos por Lakua y con ciertas reticencias desde la Diputación-, supondría la implicación en el proyecto de la Consejería de Educación, que se haría cargo de la gestión de este centro, que ocuparía 5.000 metros cuadrados en la futura Tabakalera. El presupuesto anual de la escuela se calcula en unos tres millones de euros, que correrían a cargo de Educación, que a su vez contaría con los ingresos procedentes de las matrículas de sus 400 alumnos. La Consejería de Isabel Celaá se ha comprometido a estudiar la propuesta y los socios de Tabakalera consideran que lo razonable sería tener una «respuesta a corto plazo», apunta el viceconsejero de Cultura.

Apertura en 2015

El proyecto de Tabakalera no solo se encuentra en un proceso de redimensionamiento, sino también de reflexión. De hecho, la apuesta pasa por mantener las señas de identidad generales del proyecto. Sus actuales rectores quieren que esté dirigido a un público general y pegado al entorno, al entender que este perfil no está reñido con la aspiración a convertirlo en un centro de referencia dentro del circuito de centros europeos de cultura contemporánea. De hecho, desde el Gobierno Vasco se recuerda que el término «internacional» figura en la propia denominación del centro y justifica de alguna forma la presencia del Ejecutivo autónomo en sus órganos rectores, «ya que si fuera algo puramente local, nos limitaríamos a la financiación», señala Rivera. La idea pasa por mantener un equilibrio entre lo local y lo global, «ya que si descuidas lo primero será muy elitista y muy ajeno a la realidad inmediata, y si descuidas lo segundo no vamos a ningún sitio». En cuanto a lo que las instituciones definen como «el corazón del proyecto», éste reposaría sobre Arteleku y la Unidad de Cine de Donostia Kultura.

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Las tres instituciones ya descartaron hace algún tiempo 2013 -bicentenario de la ciudad- como fecha para la apertura del centro, así que ahora barajan 2015, siempre y cuando las obras arranquen el próximo año. De hecho, las instituciones cuentan para comenzar los trabajos con los siete millones de euros comprometidos por el Gobierno central en su negociación presupuestaria con el PNV.

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