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John Irving, ayer, en la presentación de su libro en Barcelona. :: EFE
CULTURA

«Escribo sobre lo que me da miedo»

John Irving | Escritor John Irving presenta su nueva novela, 'La última noche en Twisted River', una trama sobre las consecuencias ineludibles de la violencia

MÓNICA BERGÓS

Martes, 8 de junio 2010, 11:42

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Con más de diez millones de libros vendidos en todo el mundo, John Irving (Exeter, New Hampshire, 1942) es uno de los grandes escritores estadounidenses vivos. En persona, esa condición se traduce en una presencia arrolladora. En multitudinaria rueda de prensa no disimula su formidable ego ante la lluvia de flashes. Posa con estilo, presume de magnífica forma física. Luce un tatuaje en su fibroso brazo derecho con un símbolo de la lucha libre, disciplina en la que compitió de manera profesional hasta que se volcó de lleno en la escritura.

Su duodécima y última novela, 'La última noche en Twisted River' (Tusquets/ Círculo de Lectores), invita a un intenso recorrido por los últimos cincuenta años de la historia estadounidense a través de las peripecias de un padre y un hijo, Dominic Baciagalupo y Danny, que huyen de un malvado policía desde una remota zona maderera del norte de New Hampshire hasta Boston, Vermont, Iowa y Canadá.

Irvin reconoce que ha gestado esta historia durante veinte años y que en ella ha querido dejar claro un mensaje: «Cualquier acto de violencia tiene su consecuencia en otros actos de violencia». Así, el pequeño Danny, que mata sin querer a la amante de su padre y novia del policía del pueblo al confundirla con un oso, vivirá siempre perseguido por ese fatal accidente, con la perversa sombra del alguacil pisándole los talones y buscando venganza.

El escritor admite que la trama puede dar cabida a interpretaciones políticas, que no ha buscado. «Sé que algunos han visto en el libro un texto profético sobre la decadencia del imperio estadounidense. No era ésa mi intención. Lo que quiero es mostrar cómo viven y piensan los habitantes de ciertas zonas rurales de la frontera con Canadá». El Estado en el que creció el novelista, New Hampshire, al que define como un «verdadero pueblo de cowboys», tiene como lema 'Vive libre o muere'. El pensamiento libertario, subraya el escritor, se encuentra «enraizado» en muchos de sus ciudadanos. «Para esta gente cualquier persona que represente a la autoridad es un idiota».

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En la novela este perfil lo encarna el curtido leñador Ketchum, a quien Irving describe como «un libertario radical, que es capaz de no tener ningún aprecio por George Busch pero que también es lo suficientemente loco como para odiar a Obama. No me identifico con él. Yo creo en la política. Es el ruido de fondo más idóneo para la Historia».

Aunque, como en varias de sus anteriores novelas, el protagonista vuelve a ser un escritor, Irving se niega a calificar la historia de autobiográfica. «Mi vida es opuesta a la de Danny. Yo he tenido suerte, no como él, que va perdiendo todo lo que más quiere. Su existencia sería más bien la vida que no hubiera deseado tener ni en la peor de mis pesadilla. Yo escribo sobre lo que me da miedo, no sobre lo que me ha pasado realmente, utilizo elementos biográficos para transformarlos».

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En 'La última noche en Twisted River' vuelven a aparecer personajes típicamente irvinianos, como esa mujer dominante, sexualmente agresiva, que, según él mismo ha admitido, está basado en sus propias experiencias, y en concreto, en un abuso sexual que sufrió a los once años por parte de una chica diez años mayor que él. «Sí, sé que esa mujer me persigue en todas mis novelas, va repitiéndose una y otra vez. Lo cierto es que es muy difícil controlar las obsesiones, son ellas las que consiguen dominarlo a uno. No se puede hacer nada para evitarlo».

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