«Es muy duro no poder acostar a tus pequeños»

Todo lo malo le vino de golpe. Baja prolongada por una traicionera lesión, paro y separación. Fran Pintado ha rehecho su vida, pero tiene una espina clavada: recuperar su trabajo para optar a un piso y poder dar las buenas noches a sus pequeños.

-¿Cómo empieza su historia?

-Tuve una baja laboral, pasó el tiempo y no he vuelto a trabajar. Hace tres meses me operaron de la columna y en breve tendré otra en una cadera. Al faltar los ingresos, la convivencia degeneró. Nos separamos, rocé la depresión. Me enteré después de la existencia de una asociación para divorciados. En principio lo deseché. No quería entregar mis secretos a nadie.

-Si un divorcio es lo más normal...

-Lo sé, pero me costó. Pasaron cinco meses y me decidí. La verdad que supuso un apoyo muy grande porque, al quedarme sin casa -fue para mi ex y mis dos niños-, ni siquiera podía ofrecerles un techo los fines de semana que me corresponden por ley. Vivía con mi hermano y no había sitio material.

-¿Cómo es la relación con ellos?

-Alejada de lo que uno quisiera. Los cojo en casa de su madre, estamos juntos, pero a la noche les devuelvo a casa. Imagina lo que supone no poder acostar a tus pequeños ni darles un beso o desearles felices sueños. Es muy duro.

-¿Ha probado con una VPO?

-Hace tres años que me apunté a Etxebide y no hay forma. Las autoridades deberían fijarse más en colectivos como el nuestro.

«Hundido en la miseria»

-¿Sigue en casa de su hermano?

-Vivo con una chica, Raquel. También es separada y con dos pequeños. Intentamos la convivencia todos juntos y fue increíblemente complicado. He vuelto a lo del principio. Sigo con Raquel, mi gran apoyo, y mis hijos han regresado con su madre. Busco una vivienda para que puedan estar conmigo. Ahora es imposible. Cobro 380 al mes. ¿Cómo voy a pasar la pensión?

-Una situación dura.

-Si me centrara en cómo estoy, me hundiría en la miseria. Pero prefiero pensar en positivo.