
MANU ALVAREZ m.alvarez@diario-elcorreo.com
Sábado, 15 de mayo 2010, 11:15
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Las turbulencias en el mercado financiero son de tal calibre, que el Gobierno vasco ha tenido que abortar su deseo de realizar una emisión de deuda pública en los últimos días. El progresivo deterioro de la imagen de España, apuntan los analistas, ha conseguido prácticamente bloquear el mercado de títulos procedentes de este país, que no encuentran inversores dispuestos a suscribirlos. Y cuando aparecen, señalan medios del sector, lo hacen imponiendo unas penalizaciones de precios que disuaden cualquier intento de emisión.
Fuentes del Ejecutivo vasco han confirmado que habían cursado recientemente una orden a los bancos BBVA, Santander, HSBC y Societé Génerále con el objetivo de realizar una prospección entre inversores internacionales de cara a una «inminente» emisión de deuda pública. La operación ha tenido que ser cancelada y pospuesta «para un mejor momento», debido a las fuertes penalizaciones que han sufrido todos los títulos procedentes de España en los últimos quince días.
La instrucción cursada a estas entidades financieras era «abierta» y no establecía condiciones concretas, ni siquiera sobre el volumen de la emisión que, en cualquier caso, no iba a superar los 1.200 millones de euros.
La buena nota ya no vale
La experiencia ha demostrado que algunos de los argumentos utilizados en las ultimas semanas por el Ejecutivo vasco para transmitir una imagen de serenidad en torno a la financiación del Presupuesto publico, carecen de sentido en un momento como éste. Así, desde el gabinete de Patxi López se ha reiterado en numerosas ocasiones, a lo largo del último mes, que la buena posición de solvencia que reflejan las calificaciones dadas a Euskadi por las agencias de 'rating' -dos de ellas mantienen la nota máxima de 'triple A', mientras que Standard & Poor's la ha rebajado a 'AA+'- eran un buen salvoconducto para acudir al mercado financiero, en busca del dinero que necesita el Ejecutivo para tapar el agujero que abre el déficit público. Pero el deterioro global de la imagen exterior de España y el encarecimiento de su deuda, que ha ensanchado el diferencial con los bonos alemanes hasta niveles desconocidos desde hace años, han pesado más que las buenas calificaciones.
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Aguardar y ver
La recomendación de los expertos al Gobierno vasco ha sido la de «esperar» a que las aguas se calmen y retorne la tranquilidad sobre el mercado de deuda. Algo que se daba por seguro tras el acuerdo de la Unión Europea de intervenir en él de forma directa, pero que de nuevo ha vuelto a ponerse en cuestión, pese al anuncio del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero de que está dispuesto a apretarse el cinturón del gasto público.
Desde el Departamento de Hacienda del Gobierno vasco se insiste en que, pese a este incidente que se considera coyuntural, «no hay problemas de tesorería inminentes». La Administración de Patxi López tiene previsto realizar este año emisiones de deuda por un importe total de 2.032 millones de euros, para compensar el exceso de gastos en relación con los ingresos. Recientemente tuvo que recurrir a un crédito de urgencia por 600 millones, con un plazo de vencimiento de tan sólo unos meses -que fue concedido por la BBK-, después de que el consejero de Hacienda reconociese en el Parlamento que «no había un duro en la caja». En esa ocasión fueron los retrasos acumulados por el Gobierno central en las autorizaciones de endeudamiento los que provocaron el problema de tesorería.
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