Como una estrella del rock

La mezzosoprano Cecilia Bartoli volvió a demostrar el sábado por la noche, en el teatro Arriaga, las razones por las cuales es considerada como una de las grandes divas de la ópera. Le precedía el notable éxito que había tenido el pasado jueves en el Kursaal donostiarra, donde comenzó una gira que le llevará en los próximos días a Vitoria, Pamplona, Oviedo, Santiago de Compostela y Valladolid. El Arriaga estaba hasta los topes. Tal fue la demanda que, incluso, se vendieron las localidades de baja o nula visibilidad. Hasta había lista de espera por si alguna persona que tenía previsto acudir se daba de baja a última hora.

La diva no defraudó. Salió al escenario, una vez que la orquesta La Scintilla comenzó a tocar el alegro de la sinfonía de 'Meride e Selinunte', de Nicola Porpora, a grandes pasos, firmes y decididos, mirando desafiante al horizonte. Lucía una vestimenta de hombre del siglo XVIII, capa negra con forro rojo, levita negra, amplia camisa blanca con chorreras, botas altas por donde llevaba metido el pantalón, guantes rojos y sombrero de plumas. Parecía una mosquetera, un personaje salido de alguna de la inolvidables páginas de Alejandro Dumas. Presentaba al público bilbaíno su último disco, Sacrificium, basado en las arias escritas para los castrati, niños cantantes que eran castrados en esa época, siglo XVIII, para que conservaran su aguda voz. En escena se movía igual que una estrella de pop-rock, con los dedos queriendo tocar las cuerdas de una guitarra invisible.

Entre quienes tuvieron la oportunidad de oír a la cantante se encontraban Iñaki Azkuna, alcalde de la villa, y su mujer, Anabella Domínguez, José Luis Sabas, Teresa Fernández, Luis Hermosa, que fue acompañado por su padre, José Manuel Hermosa, Óscar Fernández, Belén Rodríguez, Amparo Lucas, Begoña Ruiz de Erenchun, Daniel Bianco, José Ignacio Malaina, Andoni Olivares, Miren García Bernaola, Rafa Greño, Txus Casado, presidente de la Asociación Alfredo Kraus, Araceli Pascual, José Miguel Vergara y Matxalen Hormaza. Asimismo, estuvieron Alicia Garmendia, Javier Mendoza, Begoña Salinas, Miguel Mariscal, Cata Rosales, Cristina Hoffmeyer, Amparo y Carmen Pérez-Yarza, María Victoria Cañas, Begoña Victoria de Lecea, Mónica Durango, Carmen Urrestarazu, Carmen Orueta, María Jesús Cava, Marian Busturia, Santiago Díez Ponzoa, Lourdes Loizaga, Juan Carlos Ramírez Escudero, Alfonso Ausín, Esther Urquijo, Txabi Loyola, el doctor Txomin Grande, Jesús González, Mari Ángeles Santamaría, que lucía un precioso vestido rojo, Elisa Álvarez, Raquel Moreno, Maribel García, Guillermo Goti, Begoña Ciprián, Enrique Solinis, Mari Carmen Aspiazu, Mari Ángeles Aurrecoechea, que llevaba un elegante conjunto morado, José Mari Amantes y Mari Asun Muñoz.