
JOSÉ LUIS ÁLVAREZ
Sábado, 18 de enero 2014, 09:36
Las costas cantábricas tienen estos días unos inesperados visitantes que, arrastrados por los temporales, buscan en las playas descanso antes de emprender viaje a casa. Al menos una quincena de crías de foca gris centran la atención de los vecinos, las organizaciones ecologistas y los científicos.
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Su hábitat son las costas del norte de Irlanda y el noroeste de las Islas Británicas. El viaje no fue fácil para estos mamíferos marinos, como lo demuestra el hecho de que uno de los tres ejemplares avistados en aguas de Lugo presentaba el mordico de un tiburón en una aleta.
Según Laria, estas focas, y las otras once localizadas en Asturias, «no son las únicas» que podrían haber llegado a la cornisa cantábrica. Calcula que los ejemplares arrastrados por el temporal podrían superar el centenar. Sin embargo, los más débiles son los que buscaron resguardo en playas y pedreros.
El interés por verlas es motivo de preocupación para Luis Laria, presidente de la Coordinadora para el Estudio y la Protección de las Especies Marinas (Cepesma). Según este experto, se trata de crías de no más de tres meses, de entre 12 y 35 kilos, «que tras destetarse se hicieron a la mar y fueron arrastradas hacia el sur por las corrientes del fuerte temporal de principios de año».
Desde el Cepesma se solicita «el máximo respeto» hacia estos animales, después de que algunas personas optasen por apedrearlas para que volvieran al agua. El pasado fin de semana un perro mordió a otro de los ejemplares en la playa de Vega, en Ribadesella, un arenal asturiano visitado por ballenas y delfines. Esta foca no ha vuelto a ser vista.
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El responsable del Cepesma confía en que las focas vuelvan por sí mismas al mar tras descansar y después de que amaine el temporal. «Si alguna tiene problemas tendremos que recogerla» para devolverla hasta el norte de las islas británicas, argumentan.
En la sede de este organismo, en Luarca, ya están preparados para una hipotética operación de rescate. En el operativo participan tanto los voluntarios que estos días controlan a las despistadas focas, la Guardia Civil y los servicios de emergencias del Principado de Asturias, como veterinarios y biólogos marinos.
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En caso de encontrarse con uno de estos pequeños ejemplares de foca, Laria pide que no acerquen a ella, ni mucho menos la toquen o la alimenten. Piden que se avise a la Guardia Civil o al Cepesma.
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