La artista estrenará trabajo el próximo martes.
Nuevo disco

M.I.A. y la diosa verde del gueto

La cantante lanza por fin su cuarto álbum, 'Matangi', tras sucesivos retrasos que la llevaron a amenazar con filtrarlo ella misma en internet

CARLOS BENITO

Viernes, 1 de noviembre 2013, 08:35

Todavía faltan unos días para que M.I.A. lance por fin 'Matangi', su cuarto álbum, así que estas líneas tienen un componente de riesgo: la primera fecha prevista para editar el disco fue enero, nada menos, y después se anunció que saldría por fin en abril. En agosto, asistimos a un movimiento que supuso una curiosa novedad en las relaciones entre artistas y discográficas: Mathangi 'Maya' Arulpragasam, que ese es el nombre real de M.I.A., tuiteó que si la compañía no se decidía por fin a sacar el álbum, ella podría filtrarlo ya en internet "y hacer uno nuevo para el momento en el que estén preparados". De aquel envite salió la fecha del 5 de noviembre, pero quién sabe si de aquí al martes habrá algún otro cambio de planes.

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De alguna manera, este caos concuerda con la personalidad de la artista, una mujer de personalidad abrumadora y biografía atípica que hace bueno eso de la música como modo de expresión individual: sus discos también son confusos, abigarrados, improbables, con un aire de bazar vanguardista en el que se combinan las múltiples influencias y referencias de la vida de la autora. Sus ideas sobre la mujer, la política o la tecnología se superponen a ritmos agresivos, como si fuese una Manu Chao del baile urbano, y el resultado se mueve entre el rap, el dancehall, el pop del Indostán, las cantinelas infantiles, el grime y otros ingredientes igualmente cosmopolitas, incluidas citas directas de los Pixies, The Clash, New Order o Suicide. Parte del revoltijo tiene, por supuesto, su justificación en la propia historia de M.I.A., ineludible aunque se esté hablando de su música: al fin y al cabo, estamos ante una mujer que tituló su primer álbum con el nombre de su padre ('Arular'), el segundo con el nombre de su madre ('Kala') y el tercero con su propio sobrenombre (Maya, escrito como '/\/\ /\ Y /\'). En una versión muy resumida, M.I.A. nació en 1975 en Londres, hija de una pareja cingalesa que regresó a Sri Lanka cuando ella tenía seis meses. El padre se sumó a la guerrilla tamil y abandonó a la familia, que volvió al Reino Unido sin él cuando M.I.A. estaba a punto de cumplir los once años.

Su cuarto álbum se llama 'Matangi' y, en efecto, ese título es una variación ortográfica de su propio nombre, aunque en realidad se refiere a una diosa del hinduismo, de bonito color verde, que protege la música y el conocimiento. "Tiene cuatro brazos y lleva una espada, porque lucha por la verdad, pero vive en el gueto y tiene la mirada intoxicada", la describe. Uno piensa en el legado cultural de su familia, pero no: resulta que M.I.A. ha aprendido sobre la diosa Matangi a través de Google. "Mi madre es cristiana, mi padre es cristiano, mis abuelos son cristianos, pero siempre he pensado que mi adicción a los ritmos y mis sonidos de percusión vienen de haberme despertado todas las mañanas al lado de los templos", ha explicado en una entrevista con 'Fader', donde identifica a la diosa y, según se puede deducir, también el disco con "la reproducción, el poder femenino y la celebración de la vida". 'Matangi' incluirá canciones ya conocidas como 'Bad Girls' (la lanzó en enero de 2012, y de hecho ya aparecía en una 'mixtape' de 2010), 'Come Walk With Me', 'Bring The Noize' o 'Y.A.L.A.', y en su habitual constelación de colaboradores figuran esta vez The Weeknd, Danja o Illangelo.

En los tres años transcurridos desde su anterior álbum, M.I.A. ha estado peleando en dos frentes bastante enojosos. Por un lado, ha mantenido una fea batalla con su expareja por la custodia de su hijo, Ikhyd Edgar Arular, que ahora tiene cuatro años. Se da la circunstancia de que el padre de la criatura es Benjamin Bronfman, hijo a su vez de Edgar Bronfman Jr., cuya fortuna se estima en torno a los 2.000 millones de euros, así que la cantante tuvo en contra a un equipo legal bastante sólido. Parece que ese conflicto se ha resuelto a su favor, pero le queda pendiente el otro: la Liga Nacional de Fútbol americano (la NFL) exige a M.I.A. un millón de euros y una disculpa pública, como compensación por aquella ocurrencia suya de sacar un dedo a las cámaras mientras actuaba con Madonna en la Super Bowl. La querella argumenta que constituyó "una flagrante falta de respeto a los valores que constituyen los pilares de la NFL2.

De momento, en lugar de disculpa, lo que han obtenido es un lúcido contraataque de M.I.A., que en septiembre les respondió así: "Podéis congelar la imagen, como han hecho muchos medios. La escena que buscáis tiene mi dedo corazón en primer plano, y entonces se pasa a un plano más abierto con una fila de 10 o 15 animadoras, jóvenes negras que Madonna encontró en un instituto de Indianápolis, todas de menos de 16. Si las miráis, veréis que llevan uniforme de animadora y están abiertas de piernas, en esa posición tan provocativa sexualmente (...). Entonces, ¿qué es más ofensivo para el público familiar, mi dedo o una chica negra menor de edad abierta de piernas?".

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