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La carta debe mostrarnos el precio de los platos con el iva incluido.
Prohibido comerse el IVA
Sin letra pequeña

Prohibido comerse el IVA

La extendida práctica de no incluir este impuesto en el precio de los platos de los restaurantes es una ilegalidad, ante la que las asociaciones de consumidores recomiendan poner una reclamación y "no pagar el sobrecoste"

MARÍA JOSÉ TOMÉ

Miércoles, 3 de julio 2013, 12:52

Imagine que un día entrase en el supermercado y los precios de los productos expuestos en las estanterías no incluyesen el IVA. Y que para saber exactamente lo que le van a cobrar al pasar por caja tuviese que calcular un 4% más en el caso del pan, los huevos, la leche... o un 21% por esa botellita de vino para la cena. O que fuese a comprar un jersey y, al coste fijado en la etiqueta, tuviese que sumar otro 21% más en concepto del citado impuesto. Nos parecería un absoluto escándalo y un atentado a nuestro derecho a estar informados como consumidores, ¿verdad? Entonces, ¿porqué aceptamos como algo natural que los restaurantes nos presenten sus cartas con la expresión IVA no incluido, normalmente escrita en una tipografía mucho más pequeña que su oferta gastronómica? Según advierten las asociaciones de usuarios, esta extendida costumbre es ilegal ya que la normativa vigente obliga a los hosteleros a mostrar en sus menús y platos de carta el precio completo, incluido impuestos . Facua recomienda, en caso de incumplimiento, pedir la hoja de reclamaciones y negarse a pagar el sobrecoste .

Ya sea un restaurante orlado por estrellas Michelin o una tasca de medio pelo, la costumbre de abaratar ficticiamente el precio que paga el consumidor está demasiado extendida para ser una soberana ilegalidad. En un rudimentario sondeo realizado por esta redactora, de diez cartas consultadas en las webs de otros tantos establecimientos vascos, entre ellos algunos de mucho postín, siete advertían de que no se incluía el IVA en los precios. Es decir, que para saber exactamente cuánto vamos a pagar, tenemos que hacer el esfuerzo de calcular un 10% más sobre la tarifa establecida por el hostelero. En realidad, el IVA es un impuesto indirecto sobre el consumo, es decir costeado exclusivamente por el consumidor final y que el propietario del restaurante no se embolsa y se limita a recaudar. Pero escamotear su cuantía, a pesar de que se haga constar en la letra pequeña de la carta, supone un menoscabo en el derecho de información y transparencia del coste del servicio que va a pagar el cliente.

Según aclaran desde Facua, esta práctica vulnera la Ley de Mejora de la Protección de los Consumidores y Usuarios. Según la normativa vigente, en toda información al consumidor sobre el precio de los bienes o servicios, incluida la publicidad, se informará del precio final completo, desglosando, en su caso, el importe de los incrementos o descuentos que sean de aplicación, de los gastos que repercutan al consumidor y usuario y de los gastos adicionales por servicios accesorios, financiación y otras condiciones de pago similares. Hace unos años, una denuncia de esta organización obligó al Grupo Vips a incluir el IVA en las cartas de los más de 300 establecimientos de esta cadena.

Rechace precios según mercado

Otra práctica también muy frecuente e igualmente ilegal es la inclusión de platos en la carta con precio según mercado. Normalmente se trata de productos caros y de temporada; casi siempre son pescados y mariscos cuyo coste es muy variable en función de las cantidades que entren en la lonja. De este modo, el hostelero no se la juega estableciendo de antemano un precio inferior al que acabará pagando en el mercado mayorista. Pero esta práctica está expresamente prohibida por la ley ya que crea inseguridad en el cliente, que no sabe a ciencia cierta lo que va a pagar, además de abrir la puerta a la picaresca de inflar los precios de forma injustificada y que el besugo nos acabe costando como si fuese sangre de unicornio. Lo mismo ocurre con esos suculentos productos que el maître nos ofrece fuera de carta como un bocado tan exquisito como inesperado; los restaurantes y cafeterías de primera categoría tienen la obligación de exhibir todos los platos de su oferta gastronómica con sus correspondientes precios en un lugar visible del establecimiento. Para que luego no haya sustos a la hora de pasar por caja.

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