El alcalde que aplaude los piropos obscenos a las mujeres

El piropo está en desuso. Los albañiles ya no lanzan sus galanterías a toda mujer que pasa por delante de una obra. Quizá por culpa de la crisis y la reducción masiva de personal que ha sufrido la construcción. Quizás porque las campañas a favor de la igualdad y contra los acosos de todo tipo empiezan a dar resultado. Pero los argentinos son arena de otro costal. Acostumbrados a piropear y alabar a cada fémina que pasa por su lado en plena vía publica, algunos se pasan de rosca y consiguen ofender y acosar a las mujeres con las perlitas que sueltan por la boca

La ONG Acción Respeto ha estampado en las principales calles de Buenos Aires carteles con ejemplos de las incorrecciones que sueltan los desconocidos a las mujeres. Bajo el lema 'Si te incomoda leerlo, imaginate escucharlo' -dicho con acento argentino-, ha querido sumarse a la iniciativa de otra ONG, Stop Street Harassment, para luchar contra el acoso callejero.

Contra 'lindezas' como "¡qué culito, mi amor!"; "rubia, te hago de todo"; "ay, hermosa, con esa boquita..."; "mami, si te agarro te hago otro hijo"; "mamita, con esas tetas me salen dientes de leche nuevos"; "¡cómo te chuparía las tetas, morocha!" o"¿no querés que le agregue lechita a tu café?". Estos son algunos de los ejemplos más repulsivos que las mujeres argentinas escuchan cada día de la boca de sus compatriotas masculinos.

La iniciativa hubiera pasado desapercibida internacionalmente si el alcalde de Buenos Aires, el conservador Mauricio Macri, no hubiera realizado unas polémicas declaraciones al respecto durante una entrevista en una emisora de radio local. "A todas las mujeres les gusta que les digan piropos. Aquellas que dicen que no, que 'me ofende', no les creo nada. Porque no hay nada más lindo que te digan: 'Qué linda sos'. Por más que te digan alguna grosería, como 'qué lindo culo que tenés'. Pero está todo bien", aseveraba el edil porteño.

Pedir perdón

Pero Macri ha tenido que rectificar y pedir perdón por sus palabras. "Una de mis hijas me llamó y me retó por el tema de los piropos. Hice un comentario desde la galantería. Pido perdón a quienes ofendí", publicaba el mandatario en Twitter para calmar la polémica. Además, aclaraba que está en contra "de cualquier situación que incomode a una mujer en la calle".

El comentario de Mauricio Macri, candidato para las elecciones presidenciales de 2015, no pasó desapercibido al Gobierno de Cristina Fernández. El Instituto Nacional contra la Discriminación del Gobierno (Inadi) ha censurado las declaraciones del alcalde de Buenos Aires. "Repudiamos que Macri diga que una mujer disfruta cuando la acosan en la calle. Tendría que pensar qué le pasaría si eso le ocurre a su esposa o hija", ha dicho el interventor del Instituto, Pedro Mouratian y cree que sus opiniones "fomentan la violencia hacia las mujeres". Además, Mouratian explicaba la lucha diaria de su organización por luchar contra las actitudes machistas, "Las mujeres se sienten inseguras, violentadas cuando se las acosa en la calle. En nuestro país tenemos leyes para prevenir este tipo de violencias"

Por su parte, la titular de la secretaría de Género de la Central de Trabajadores Argentinos, Estela Díaz, ha calificado de "misógino" a Macri porque "avala que las mujeres sean un objeto, que sean acosadas en la calle".