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JESÚS J. HERNÁNDEZ
Jueves, 31 de enero 2013, 15:15
Un color grisáceo apagado hace de fondo en una imagen donde sólo destaca un mensaje escrito en letras negras: "Este es el color del cielo del Reino Unido ocho meses al año. Pruebe mejor Miami". Es uno de los carteles irónicos llegados en los últimos días a la redacción del diario británico 'The Guardian', que pone a prueba la originalidad de sus lectores a la hora de transmitir un mensaje muy sencillo: "Inmigrantes búlgaros y rumanos: no vengan a Gran Bretaña".
Al parecer, algunos británicos sienten escalofríos cuando imaginan auténticas hordas de ciudadanos de estos dos países aterrizando en la isla a principios de 2014, momento en que concluyen las restricciones que limitaban su acceso a territorio británico. El propio portavoz del Gobierno del conservador David Cameron advirtió recientemente del "daño potencial" que podría sufrir el mercado de trabajo y anunció que valoran la aplicación de "medidas de emergencia".
El Ejecutivo ha encargado un estudio sobre el posible impacto migratorio al Instituto Nacional para la Investigación Económica y Social y su portavoz no desmiente las informaciones de la Prensa británica donde se anunciaba una campaña publicitaria disuasoria -pagada con las arcas públicas- sobre dos pilares: el mal tiempo de la isla y la falta de subsidios sociales. En ese ambiente se enmarca la irónica petición de 'The Guardian' para que sus lectores ayuden al equipo de Cameron con los lemas de la futura campaña.
No venga a Gran Bretaña. Está llena reza uno de los mensajes recibidos. "Recortes, el Daily Mail, niños feroces, políticos corruptos... Nos odiamos a nosotros mismos. Probablemente te odiaremos a ti también", advierten más abajo. "Es mejor donde estás tú", valora otra de las propuestas recibidas. "El 70% de los días está nublado", se lamentan. Algunas son un baño de realidad, como la fotografía de una calle descuidada y sucia sobre la que se reproduce la percepción que, según un miembro del Gobierno británico, tienen de Inglaterra en Europa del Este: "Las calles inglesas están pavimentadas con oro". Tampoco falta la sorna y la mala leche con sus eternos enemigos históricos. "Gris Bretaña: asquerosa, sucia, racista... Francia es todavía peor. Pero ellos tienen mejores bebidas y más baratas".
No es esta la primera vez que el Gobierno encabezado por Cameron hace frente a una polémica migratoria. Hace tan sólo unos meses, cuando la prima de riesgo golpeaba con más fuerza la economía española, su ministra del Interior, Theresa May, aseguraba en una entrevista en el 'Daily Telegraph' que el Ejecutivo británico preparaba "planes para controlar la inmigración europea en el caso de un colapso financiero". El diario citaba a España. Ahora es el turno de rumanos y búlgaros.
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